El nuevo crecimiento sin empleo
La semana pasada, IBM despidió a 2,700 empleados mientras sus ganancias subían. Amazon eliminó 14,000 puestos corporativos tras reportar utilidades récord. Salesforce redujo su equipo de soporte de 9,000 a 5,000 porque, según su CEO, “necesita menos cabezas” ahora que los chatbots manejan la mitad de las consultas. No es una crisis de demanda: es el fenómeno que los economistas llaman crecimiento sin empleo o jobless growth.
El término describe una contradicción: el PIB sube, las empresas ganan y los mercados tocan máximos históricos, pero los empleos se estancan o caen. Apareció tras la recesión de 1990 en Estados Unidos, se repitió después de 2001 —cuando tomó 47 meses recuperar los puestos perdidos— y tras 2008, cuando la tasa de empleo/población cayó de 64.3% a 58.1% y nunca se recuperó.
¿Por qué sucede? Porque el crecimiento ya no arrastra empleos consigo. Los economistas lo miden con la elasticidad del empleo, puestos creados por cada punto porcentual de crecimiento del PIB. En India en los años 70 era cercana a 1.0; hoy está por debajo de 0.1. En países avanzados ronda 0.3; en economías emergentes, apenas 0.1. El crecimiento deja atrás a los trabajadores.
La IA parece acelerar la tendencia. En lo que va de 2025, el sector tecnológico en EU ha eliminado más de 140,000 empleos. Solo en octubre, los despidos en EU alcanzaron 153,074, el nivel más alto en dos décadas. Goldman Sachs estima que entre 6% y 7% de la fuerza laboral estadounidense podría verse desplazada por IA en los próximos años, y unos 300 millones de empleos en el mundo.
Esta vez, los empleos en riesgo no son rutinarios o manuales. Son de cuello blanco: servicio al cliente —80% es automatizable—, entrada de datos, contadores, asistentes legales, analistas. Los trabajadores más jóvenes del sector tecnológico, entre 20 y 30 años, ya sufren las consecuencias: su tasa de desempleo aumentó 3 puntos porcentuales desde el inicio de 2025. Esto genera un gran problema de desempleo, hoy y a futuro. Como dice Ethan Mollick, la clave de la IA es la “cointeligencia” con profesionales para potenciar la creatividad, productividad y capacidad de resolver problemas, pero los profesionales del mañana no tendrán los años de formación clave requeridos para colaborar con la IA.
Mientras tanto, las ganancias se concentran. Amazon aumentó sus utilidades netas más de 200% interanual en 2024 gracias a “eficiencias impulsadas por IA”, mientras los salarios promedio subieron apenas 1.8%. En ciertos sectores, parece que la IA sí eleva la productividad: las empresas hacen más con menos. El problema es que esos “menos” son personas que dejan de consumir, de comprar casas o pagar hipotecas.
La próxima recesión —cuando llegue— podría ser brutal para el empleo. Goldman advierte que, en recesiones pasadas, el empleo de trabajadores en ocupaciones rutinarias cayó bruscamente y no se recuperó. Si ahora las empresas operan con menos trabajadores gracias a la IA, los despidos serán masivos y permanentes. El crecimiento sin empleo no es una amenaza futura, ya es realidad. La economía puede seguir expandiéndose mientras millones quedan fuera, pero esto eventualmente tendrá consecuencias en el consumo. Sin empleos ni ingresos, ¿quién comprará los productos y servicios optimizados por la IA?
La manera en que se desenvuelve este fenómeno transformará las economías y sociedades en las próximas décadas. Mientras el mundo corre a pasos agigantados, seguimos viéndonos el ombligo, pensando que nada de esto nos afectará.
