El ‘Make in India’ tecnológico se topa con 50% de aranceles de Trump

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Este año, el mundo se enfrenta a un negociador poco predecible: Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos. Aunque muchos gobiernos tenían planes definidos para atraer empresas a sus territorios, la búsqueda proteccionista del mandatario por fortalecer la manufactura local ha provocado aranceles para casi todos los países.

El gobierno de Narendra Modi, presidente de India, lleva años apostando por transformar a la nación en el “taller del mundo” tecnológico y no lo suelta a pesar del lanzamiento de gravámenes americanos. Bajo el programa ‘Make in India’, se liberaron incentivos fiscales multimillonarios, subsidios a fabricantes de componentes electrónicos y programas de atracción de inversión extranjera directa, particularmente en sectores como ensamblaje de dispositivos, producción de cargadores y transformadores, incluso semiconductores. Bajo la iniciativa Production Linked Incentive, el país asiático generó 1,200 millones de dólares en incentivos, sólo en el último año, pero desde 2014 reforzó estos programas. Apple y Foxconn, por ejemplo, aumentaron su presencia en el país, lo mismo que Samsung y Dell, alentados por la idea de diversificar la producción que tenían en China. De hecho, en los últimos cinco años, las exportaciones de electrónicos indios pasaron de 7,200 millones de dólares en 2018 a más de 23,000 millones en 2023, según cifras de la Global Trade Research Initiative. El gran objetivo es alcanzar 80,000 millones en exportaciones tecnológicas hacia 2030, una meta que parecía viable mientras Estados Unidos mostraba interés en diversificar su dependencia de Asia hacia un socio “democrático” como India. Sin embargo, con el arancel de 50% a dispositivos electrónicos no esenciales (excepto smartphones), esa narrativa se tambalea. “Se golpea un eslabón clave de la cadena industrial india que genera miles de empleos y mantiene en funcionamiento su ecosistema de manufactura”, precisó a AP, Ajay Srivastava, ex funcionario comercial del país asiático. Aunque el monto directo, unos 4 millones de dólares en riesgo inmediato, puede sonar modesto frente al tamaño de la economía india, el efecto es más simbólico que contable. De acuerdo con Srivastava la relación comercial con India no está blindada frente a tensiones proteccionistas, a pesar de la cooperación en seguridad y defensa.

El temor de los industriales indios es que esta política se convierta en un efecto dominó, alcanzando eventualmente a productos de mayor valor agregado, como los semiconductores o componentes de telecomunicaciones. “Se detendría la llegada de capital extranjero, se perdería confianza en India como hub tecnológico emergente y se frenaría la construcción de fábricas de chips, que requieren compromisos de inversión de largo plazo”, señaló a The Guardian la economista Garima Kapoor de la empresa Elara Securities. Por su parte, la Federación de Exportadores de la India (FIEO, por sus siglas en inglés) advierte que 55% de las exportaciones de India a EU, equivalentes a entre 47 y 48,000 millones de dólares, enfrentan desventajas de costo de entre el 30 y 35%, lo que las deja menos competitivas. La medida limita la posibilidad de India de escalar en la cadena de valor, pues sin exportaciones consistentes a Estados Unidos, su producción corre el riesgo de quedarse confinada a bienes de bajo margen y de depender cada vez más del mercado interno, que si bien es amplio, no genera las divisas necesarias para consolidar el proyecto exportador.

¿Esto afecta a México? El país atrae inversiones en manufactura tecnológica bajo la bandera del nearshoring. Si India pierde competitividad con Estados Unidos por los aranceles, México podría posicionarse como proveedor alternativo de electrónicos y componentes, aprovechando su acceso preferencial al mercado estadounidense vía el T-MEC. Pero el efecto no es automático. México aún carece de la infraestructura robusta que India ya tiene en sectores como cargadores, inversores o transformadores, y su fuerza radica más en la manufactura automotriz y en la integración con la cadena norteamericana de semiconductores. Además, la negociación del tratado y la posibilidad de nuevos aranceles son riesgos que existen. En cuanto a los precios de productos, si bien la afectación sería principalmente para el mercado estadounidense, en México algunos productos como cargadores podrían sufrir ajustes en el precio, sobre todo los que se empaquetan en EU, como es el caso de marcas de tecnología como Apple. Sin embargo el ajuste aún es incierto, pues depende sobre todo de qué tanto las empresas moverán la manufactura de algunas mercancias.

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