El lugar en el mundo de Francisco: las huellas del Papa en el barrio de Flores y la despedida de sus vecinos

Uno de los escritores preferidos del papa Francisco, él siempre lo dijo, fue Leopoldo Marechal, el autor de una novela central para la literatura argentina, Adán Buenosayres (1948), y, entre otras obras, de unos versos repetidos como clave de pensamiento y acción: “¿Cómo salir de la noche doliente? […] En su noche toda mañana estriba: de todo laberinto se sale por arriba”. La salida del laberinto, que es la búsqueda de un destino propio, Jorge Bergoglio la vislumbró en Flores, el barrio del oeste de Buenos Aires donde nació, donde jugó como un niño y vivió su primera juventud, donde escuchó el llamado divino. En las calles de ese barrio que hoy es el mismo y es otro su nombre ya está escrito en piedra. Y allí, desde este lunes, tras la muerte de Francisco, vecinos y creyentes ofrecen las muestras más sentidas de homenaje a su memoria.