El legado del papa Francisco en favor de “nuestra casa común”
El Papa Francisco sin duda entró en la mayoría de las discusiones de nuestros tiempos y la destrucción del medio ambiente no fue la excepción, incluso fue una de sus principales causas, como muestra tenemos su “Laudato si'”, la encíclica publicada en mayo de 2015, la cual se centró en el cuidado del entorno natural y de todas las personas, y que utilizó hasta sus últimos días como bandera.
En el documento habló sobre el “cuidado de nuestra casa común” y abarcó los problemas actuales relacionados con el medio ambiente como: Contaminación, cambio climático, escasez de agua, pérdida de biodiversidad y la desigualdad global; exploró las tendencias sociales y las ideologías que han causado estos problemas medioambientales, por ejemplo, el uso irreflexivo de la tecnología, el impulso de manipular y controlar la naturaleza, la visión de los seres humanos como algo separado del medio ambiente, las teorías económicas de enfoque estrecho y el relativismo moral. También propuso soluciones, que incluían a mandatarios, científicos, comunidades y la sociedad en general.
El jesuita Sergio Cobo, misionero en la Sierra Norte de Veracruz, comparte con El Economista que el pontífice hizo una integración y un planteamiento de lo que él llama “el pecado social y el pecado ecológico contra la tierra”, que son las dos caras de una misma moneda, de un uso depredador contra la creación y la naturaleza.
Cobo refiere que un grupo de investigadores de la UNAM, incluido José Sarukhán, dijeron que es la primera vez que la religión católica y la doctrina de la iglesia no sólo no se quedan atrás de la ciencia, sino que con esa encíclica -Laudato si’- se adelanta a la ciencia porque hace un planteamiento integrador del pecado social y el pecado ecológico, pero sobre todo, plantea la necesidad de integrar los diversos campos y descubrimientos de la ciencia pero desde el punto de vista ético, “que es lo que a veces le falla a la ciencia”.
El papa aseguraba que “La destrucción del medio ambiente es una ofensa a Dios”, lo reiteró incluso en el marco de la COP28 de Dubái en diciembre de 2023, dijo que este es “un pecado no sólo personal sino también estructural, que pone en grave peligro a todos los seres humanos, especialmente a los más vulnerables, y amenaza con desencadenar un conflicto entre generaciones”. Las propuestas del Papa se basaban en decenios de doctrina católica para cuidar “nuestra casa común”, pero también en datos de ciencia.
Apenas en mayo de 2024 en un encuentro con miembros de las Academias Pontificias de Ciencias y de Ciencias Sociales compartió: “El dilema es entender si estamos trabajando por una cultura de la vida o por una cultura de la muerte”, es decir, por una cultura de destrucción total del planeta que representa una ofensa a Dios, o por una cultura de la vida, para entonces, estar atentos al clamor de la tierra.
Reiteró también que las poblaciones más pobres, que tienen muy poco que ver con las emisiones contaminantes, deben recibir más apoyo y protección, pues “son víctimas”. Pedía además garantizar que no se niegue un futuro a los jóvenes y a los niños. “A menos que se aborden de forma colectiva y urgente, estos problemas suponen amenazas existenciales para la humanidad, otros seres vivos y todos los ecosistemas”.
Francisco también fue enérgico y directo en sus discursos: “Las naciones más ricas, unos mil millones de personas, producen más de la mitad de los contaminantes que atrapan el calor. En cambio, los tres mil millones de personas más pobres contribuyen con menos del 10%, pero soportan el 75% de las pérdidas resultantes. Luego están los 46 países menos desarrollados -en su mayoría africanos- que sólo representan el 1,1% de las emisiones mundiales de CO2, mientras que las naciones del G20 son responsables del 80% de estas emisiones”.
Para el pontífice el trabajo debía ser “sinfónico y armonioso”. Salvaguardando las riquezas naturales: las cuencas del Amazonas y del Congo, las turberas y los manglares, los océanos, los arrecifes de coral, las tierras de cultivo y los casquetes polares. “Con este enfoque holístico se combate el cambio climático, y también se aborda la doble crisis de la pérdida de biodiversidad y la desigualdad, cultivando los ecosistemas que sustentan la vida”.
Fe y ciencia, dos caminos, una misma matriz
El papa Francisco, con una formación profesional de químico, también sustentó muchos de sus discursos en la ciencia, pues creía en el poder transformador de dicha herramienta. Repetidamente manifestó su apoyo al conocimiento académico y su importancia para la humanidad, destacando que la ciencia debe estar “al servicio de la paz y la dignidad humana, no para su destrucción”. El Papa también reconoció la relevancia de la ciencia en la lucha contra el cambio climático y llamó a la comunidad científica a trabajar para encontrar soluciones a los problemas globales.
“La ciencia y la fe son dos caminos diferentes pero paralelos que comparten una misma matriz, `la Verdad absoluta de Dios´”, así lo manifestó en diversas ocasiones en sus frecuentes acercamientos sobre todo con los científicos de la Pontificia Academia de las Ciencias.
Él siempre pedía a la comunidad científica no olvidar que “es parte de la sociedad y no debe considerarse separada e independiente”, sino que “está llamada a servir a la familia humana y su desarrollo integral”, pues los posibles frutos de esta misión de servicio “son innumerables”.
En alguna ocasión, durante la II Conferencia en memoria del sacerdote y científico George Lemaître, el pontífice mencionaba: “La Iglesia está atenta a las investigaciones y las promueve, porque sacuden la sensibilidad y la inteligencia de los hombres y mujeres de nuestro tiempo”. Además utilizó el ejemplo de Lemaître para asegurar que él representaba “un modelo de vida del que todos podemos aprender, pues “la ciencia y la fe siguen dos caminos diferentes y paralelos, entre los que no hay conflicto”.
En julio de 2021 reivindicó también que la ciencia es un gran recurso para construir la paz. “Ningún saber científico debe caminar solo y sentirse autosuficiente. La realidad histórica es cada vez más una única, y hay que servirla con la pluralidad de los saberes que, en su especificidad, contribuyan al crecimiento de una nueva cultura capaz de construir la sociedad promoviendo la dignidad y el desarrollo de cada hombre y cada mujer”.
Finalmente en 2024 no pudo reunirse como cada año con la Pontificia Academia de las Ciencias, pero hasta el final tuvo una opinión decidida sobre el futuro, el papel de la ciencia y envió un mensaje. “Pienso en particular en los retos que plantean los avances de la Inteligencia Artificial (… Este desarrollo) puede ser beneficioso para la humanidad, por ejemplo promoviendo innovaciones en los campos de la medicina, asistencia sanitaria, o medio ambiente, sin embargo, también puede tener graves implicaciones negativas”, por lo que hizo un llamado a reconocer y prevenir los riesgos de los usos manipuladores de la Inteligencia Artificial para moldear la opinión pública, influir en las decisiones de los consumidores e interferir en los procesos electorales. Por eso pedía más atención y estudio al respecto.
El Papa Francisco y su visión de la ciencia
La ciencia como servicio a la humanidad:
- El Papa ha enfatizado que la ciencia debe estar al servicio de los hombres y mujeres, no para su destrucción. La ciencia debe utilizarse para promover la dignidad humana, la paz y el bienestar de todos.
La ciencia como herramienta para la paz:
- El Papa ha reconocido que la ciencia puede ser una gran herramienta para construir la paz, destacando la importancia de la colaboración entre científicos de diferentes países.
La ciencia y la fe:
- El Papa ha afirmado que no hay oposición entre fe y ciencia, y que ambas pueden coexistir y complementarse. La ciencia puede ayudar a profundizar nuestra comprensión del mundo natural y la creación, mientras que la fe puede ayudarnos a encontrar significado en nuestra vida.
La ciencia y la ética:
- El Papa ha llamado a la comunidad científica a tener en cuenta las implicaciones éticas de sus investigaciones y a asegurar que la ciencia se utilice de manera responsable y para el bien común.
La ciencia y el medio ambiente:
- El Papa ha reconocido la importancia de la ciencia en la lucha contra el cambio climático y ha llamado a la comunidad científica a trabajar para encontrar soluciones a los problemas ambientales.