El fiasco millonario de Birmex, un golpe de desconfianza
La anulación de la megacompra de medicamentos para 2025-2026, organizada por Birmex, no es solo una noticia de sobreprecios, como el gobierno ha querido venderlo. Es un rompecabezas de irregularidades, criterios absurdos y decisiones que rozan lo inexplicable, dejando un tufo de improvisación. Ahora con el argumento de la corrupción, lo hacen a un lado como queriendo desafanarse de ese capítulo. Pero quedará para la historia el caso de incapacidad e ilegalidad.
La Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno (SABG), a cargo de Raquel Buenrostro, decidió anular el proceso argumentando un desfalco potencial de 13,000 millones de pesos en 175 claves de medicamentos. Pero el problema va mucho más allá de los precios inflados. Aquí sólo unos ejemplos que ilustran el desastre:
Un despacho de papel gana millones frente a un gigante mexicano
Tomemos el caso de Ultra Laboratorios, una de las 3 principales farmacéuticas productoras de genéricos del país, que perdió una clave por un trámite menor, el aviso de funcionamiento que es un “papelito insignificante”, según fuentes de la industria. Ultra cotizó el producto a 1,100 pesos, una oferta competitiva. ¿Quién ganó? Un despacho legal, no una distribuidora ni un laboratorio, sino una oficina que representa el registro del medicamento en México. Este despacho, sin bodegas, sin infraestructura, sin experiencia en distribución, se llevó el contrato por 4,600 pesos, ¡un precio 4 veces más! El producto, para colmo, viene de Chipre, un país diminuto cuya industria farmacéutica no tiene la capacidad ni los estándares regulatorios para abastecer a México. El criterio de Birmex fue simple: bastaba con tener la representación legal del producto. ¿En serio? Un despacho sin instalaciones ganó frente a un laboratorio consolidado. ¿Quién avaló esto?
Una distribuidora cerrada recibe contratos millonarios
Otro caso de antología involucra a la distribuidora Pharmaservice. Su director, Miguel Gerardo Lombera, ex comisionado de Cofepris y expresidente de la cámara farmacéutica Canifarma, se encontró en una situación surrealista. Pharmaservice, suspendida por Cofepris hace 5 meses por irregularidades, recibió adjudicaciones de varias claves. Sí, una empresa que no puede operar legalmente, fue seleccionada por Birmex para surtir al gobierno. Nadie en Birmex se tomó la molestia de cruzar datos con Cofepris para verificar si los licitantes estaban habilitados. Y entonces la empresa que lleva Lombera pasó de estar atada de manos por irregular ante el regulador, ahora enfrenta órdenes de entrega de parte del gobierno y anda viendo cómo hacerle para no incumplir. ¿Por qué cotizó una empresa clausurada? Peor aún, ¿por qué Birmex le asignó contratos sin verificar algo tan básico? Esto no es un error administrativo; es una negligencia garrafal.
Empresas sin registro sanitario, pero con contratos
El descontrol llega a niveles en que empresas extranjeras, sin registro sanitario en México, ganaron proveedurías importantes. Cuando un distribuidor local le pidió a una de ellas los documentos para respaldar la operación, la respuesta fue desconcertante: “No tengo registro, pero me asignaron”. Así, sin más. Birmex adjudicó contratos a firmas que no cumplen requisitos mínimos indispensables. El absurdo es que esas empresas, sin plantas ni almacenes, andaban buscando desesperadamente quién les vendiera los productos que prometieron entregar. La anulación de la compra fue lo mejor que les pudo haber pasado.
Más que sobreprecios: un sistema roto
El gobierno insiste en que el problema son los sobreprecios, y planea relicitar las 175 claves afectadas mientras mantiene el resto de las adjudicaciones. Pero esta narrativa oculta fallas estructurales. No se trata solo de pagar de más; es que los criterios de asignación fueron un caos. Desde requisitos absurdos, como priorizar representaciones legales sobre capacidad operativa, hasta ignorar suspensiones de Cofepris, pasando por adjudicaciones a empresas sin infraestructura. Detrás de estas decisiones hubo algo más que ineptitud. Rumores de sobornos, incluso de un funcionario que habría pedido un BMW a cambio de favores, circulan sin confirmación oficial, pero alimentan la desconfianza. Lo cierto es que el equipo de Birmex mostró una incapacidad alarmante para calificar a los licitantes, dejando un proceso plagado de agujeros que solo generan indignación. Porque, al final, no son solo millones de pesos en juego; es la salud de los mexicanos la que paga el precio de estas torpezas.