El desafío interior: Prokófiev y la voz de Nobuyuki Tsujii en el Concierto No. 2

Prokófiev en México: una resonancia con la convulsión contemporánea

En el México actual, marcado por tensiones políticas, desigualdad, polarización social y la constante búsqueda de identidad, la música de Prokófiev —y en particular su Concierto para piano No. 2— adquiere un eco inesperado. Esta obra, nacida en un imperio ruso que se acercaba a su disolución y preludiaba revoluciones, es en sí misma un grito de incertidumbre, rebeldía y reinvención.

El México del presente comparte esa sensación de vivir en un terreno movedizo: violencia que hiere el tejido social, jóvenes en busca de futuro frente a instituciones desgastadas, y una ciudadanía que exige nuevas narrativas de esperanza. La música de Prokófiev, con su oscilación entre lirismo y brutalidad, espejea esa dualidad: la ternura de un pueblo capaz de resistir con creatividad y la crudeza de una realidad que muchas veces parece devorar las ilusiones.

El primer movimiento abre con una cadenza monumental, más extensa que la de cualquier otro concierto de la época, donde el solista no es simplemente intérprete sino creador de mundos: una arquitectura de tensiones, tormentas y lirismos casi sobrehumanos. Los movimientos siguientes alternan sarcasmo, danzas aceradas, melodías líricas que aparecen como fugaces respiros y un final que se precipita al vacío con la energía de lo incontrolable. Es una obra que pide al pianista no solo fuerza y virtuosismo, sino una entrega emocional absoluta, capaz de unir el pathos con la precisión rítmica.

La interpretación de Nobuyuki Tsujii introduce un elemento simbólico de enorme valor para el público mexicano. Un pianista ciego que aprende de oído y reconstruye una obra tan compleja como este concierto, encarna la posibilidad de transformar la adversidad en potencia expresiva. En un país donde millones enfrentan barreras estructurales, desigualdad o violencia cotidiana, Tsujii se vuelve un espejo: muestra que la fuerza del individuo puede emerger desde la fragilidad, y que la creación artística no necesita perfección exterior sino convicción interior.

Tsujii no “supera” la ceguera: la transforma en una dimensión distinta de lectura musical. Esto, en una obra como el Concierto No. 2 de Prokófiev, se convierte en un acto de traducción emocional: cada ataque percusivo, cada cambio de humor, cada contraste brutal entre lirismo y sarcasmo se escucha en Tsujii con una claridad desnuda, como si la música brotara directamente del núcleo de su experiencia vital.

Prokófiev escribió el Concierto No. 2 como un manifiesto de juventud, pero en manos de Tsujii adquiere un nuevo sentido: el de la superación interior a través del arte, la afirmación de que la oscuridad puede convertirse en luz si se traduce en sonido.

Les invito a escucharlo este 25 y 26 de octubre con la Orquesta Filarmónica de la UNAM en la sala Nezahualcóyotl.

Oscar Kaufmann es Director General de Torres y Carrera y StreamicsLab y miembro del patronato de la OFUNAM.

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