El desafío de la productividad en la industria azucarera
Obtener mejores rendimientos por hectárea en un campo donde predomina el minifundio, es uno de los principales objetivos que se han impuesto tanto el gobierno federal, como las organizaciones de productores y las industrias que participan en el sector; sin embargo, los resultados de la producción de caña de azúcar en toneladas por hectárea en los últimos seis años, han disminuido un 12.6%, pasando de 70.94 en 2019 a 62.03 en 2024.
Ha sido aún mayor la pérdida en azúcar, con un rendimiento agroindustrial que disminuyó en el mismo periodo 20.8%, al pasar de una producción de azúcar en toneladas por hectárea de 7.99 en 2019 a 6.33 en 2024, conforme a datos del portal de Conadesuca.
Las causas que han afectado la producción son múltiples; sin embargo, la sequía en diferente grado en las regiones productoras ha sido la principal, aunado al incremento en el costo de los insumos, principalmente fertilizantes.
Elevar la productividad de una zafra a la siguiente no es una tarea fácil, ya que los efectos de la sequía desencadenan otros factores adversos, como son la pérdida de plantas, que al alcanzar niveles superiores al 15%, ya es económicamente más rentable realizar una nueva siembra; sin embargo, tanto el productor como la industria valoran la renovación del cultivo, ya que implica para el ingenio un menor volumen de caña para la zafra inmediata y demanda de inversión.
También implica pérdida de flujo inmediato para el productor, ocasionando que se postergue la renovación y que en el campo cañero predominen plantaciones mayores de 8 años, que se caracterizan por la despoblación, mayor incidencia de malezas por los espacios sin cepas, más hospederas para plagas y que requieren una mayor inversión en su mantenimiento, la cual, aunque sea con un mejor paquete tecnológico, no será efectiva, al ser aplicada a un menor número de tallos molederos y al final el rendimiento se puede mantener y difícilmente mejorar.
Ante los escenarios de menor precipitación, para el abastecimiento de presas y ríos, de los cuales posteriormente se toman para el riego y de una distribución errática durante el ciclo del cultivo, que no es la requerida por el cultivo en las áreas de temporal, es necesario realizar inversiones en siembras nuevas, acompañada de prácticas agrícolas, que permitan cuidar la humedad en el cultivo, la fertilidad del suelo, la densidad de plantas y el ambiente biótico propicio para que no se desarrollen plagas.
El segundo objetivo prioritario de FIRA, después de la inclusión financiera, es promover el incremento en la productividad y la eficiencia, ampliando las capacidades técnicas de los productores, su capitalización y el uso de tecnología; es por ello, por lo que promueve la renovación total y gradual del cultivo con siembras nuevas o resiembras, la tecnificación del riego, la renovación y modernización de la maquinaria y equipo, principalmente de cosecha, disponiendo garantías para la banca y fondeo con tasas fijas competitivas a plazos acordes a los flujos y ciclos, en créditos refaccionarios o en arrendamiento, a través de la de red de intermediarios financieros.
En la parte tecnológica, fomentar el acercamiento al sector de algunos componentes para la agricultura 4.0, democratizando el acceso a productores de cualquier escala, al monitoreo satelital, la cual es una herramienta para una atención más oportuna al cultivo, principalmente para el gran número de productores que complementan sus ingresos, realizando actividades económicas complementarias como profesionistas y comerciantes, entre otros, que no tienen la oportunidad de estar físicamente presentes en el predio.
Para la industria y las organizaciones cañeras, el uso del monitoreo satelital al campo cañero del ingenio les permite mejorar la planeación y operación de la cosecha, el monitoreo preventivo para las campañas de control de plagas y la programación de los riegos, principalmente.
El uso de biofertilizantes como complemento a la fertilización química y el uso óptimo de este insumo con el apoyo de drones en su aplicación, es otro de los apoyos exitosos de la institución, que contribuyen a la productividad, rentabilidad y sustentabilidad del cultivo de la caña de azúcar.
*Jose Salazar Cayetano López es especialista en la oficina FIRA de la residencia estatal en Veracruz. “La opinión aquí expresada es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA”.