El crédito privado en México

La semana pasada, Banco de México decidió una vez más bajar la tasa de interés para ubicarla en 7.50%, esto se debe principalmente a que la inflación anual al mes de agosto se ubicó en 3.57%. Sin embargo, hay una preocupación adicional de la junta de gobierno del banco central mexicano; se empieza a advertir una desaceleración económica en las principales economías a nivel global. Usualmente, niveles bajos en las tasas de interés de referencia estimulan la actividad económica a través de los créditos, ya que son más baratos. Los agentes económicos, en especial las empresas y los hogares, consumen más bienes intermedios y bienes finales respectivamente porque suelen apoyarse en los instrumentos crediticios para financiar dicho consumo. La baja de la tasa de interés, en consecuencia, representa una acertada decisión si lo que se quiere estimular es el crecimiento de las actividades económicas.

La mala noticia es que, a pesar de las bajas consecutivas en la tasa de interés, el ritmo de crecimiento en el crédito que la banca comercial otorga al sector privado no bancario, es decir, a las empresas y a los hogares, ha registrado una caída consecutiva mes a mes desde enero de este año a la fecha. A inicios de año, este indicador se ubicaba en 9.9% y en el mes de agosto mostró su nivel más bajo no solo del 2025, sino de los últimos dos años y medio, rodando el 4.7% según cifras del mismo Banxico. Lo anterior implica que los agentes económicos no están reaccionando de manera esperada ante la caída de la tasa de interés en términos crediticios. Desde mi perspectiva, este es un indicador de que la desaceleración económica ya está presente en el mercado mexicano. Si bien es cierto la tasa de interés sigue en niveles elevados en comparación a otros años en los que la economía mexicana se encontraba en fase de crecimiento del ciclo económico, es difícil de explicar ritmos elevados de crecimiento en los créditos ante tasas de interés más altas (como a inicios del año o durante el 2024) versus menor asignación de recursos para financiar actividades económicas con menor costo financiero actualmente.

Es claro que factores externos de tipo económico, geopolítico y bélico siguen y seguirán afectando las decisiones de inversión, producción y consumo de los agentes. La regionalización del comercio, las restricciones arancelarias y la competencia suman al ambiente de incertidumbre que enfrentan empresas y hogares. Pero la caída del financiamiento bancario al interior del mercado es señal inequívoca de que hay contracciones en la actividad económica. Como he destacado en este mismo espacio con anterioridad, es de esperarse que Banxico continúe con disminuciones de la tasa de interés, por lo que, también se espera que los agentes económicos reaccionen en un futuro no muy lejano en correspondencia; ocasionando así un aumento de la actividad económica.

*Dr. Salvador Rivas Aceves es Vice Decano de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales, en la Universidad Panamericana.

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