El chisme en la oficina no siempre es malo, puede ser el arma secreta del liderazgo

Los chismes en las empresas suelen considerarse una mala práctica, pues se asocia con rumores y conflictos entre colegas; sin embargo, el chisme, bien manejado puede ser una herramienta para los lideres.
Frank McAndrew, psicólogo social y profesor en Knox College, Illinois afirma que el chisme no es una debilidad moral, sino una “habilidad social inherente del ser humano”.
Te puede interesar
-
El Empresario
¿Por qué los líderes que gestionan sus emociones logran mejores resultados?
El Empresario
¿Por qué los jefes necesitan ser incómodos para convertirse en líderes?
De acuerdo con el especialista, las personas dedican en promedio una hora diaria al chisme, y en los últimos años se ha redefinido su significado, debido a que permite difundir información útil y fomentar la cooperación.
Esto lo respalda un estudio publicado en Frontiers in Psychology, que señala que los chismes positivos en el lugar de trabajo, como comentarios sobre logros, buenas acciones o cualidades de compañeros, estimulan el compromiso en la organización y la conducta innovadora de los empleados.
Esto sucede porque fortalece la lealtad hacia la empresa y crea un entorno de confianza, donde los trabajadores se sienten seguros para proponer ideas y asumir riesgos.
Del rumor al radar organizacional
El chisme también cumple la función de “termómetro cultural”, debido a que los líderes que prestan atención a los rumores informales obtienen una lectura más precisa del clima organizacional. Esto les permite conocer las preocupaciones o tensiones de los colaboradores, información que no siempre se comunican por los canales formales.
De acuerdo con Jillian Yuhas, experta en comunicación, “en lugar de intentar eliminar los chismes, los líderes pueden crear espacios para el diálogo abierto, la seguridad psicológica y la retroalimentación genuina”.
Puntualiza en que mantener la comunicación permite detectar señales tempranas de posibles problemas, como conflictos, agotamiento, e incluso detectar oportunidades.
La clave está en distinguir entre rumores maliciosos e información realmente útil sobre la dinámica organizacional”.
Además, un estudio de la Universidad de Binghamton reveló que los trabajadores que participan en chismes positivos muestran menor intención de renunciar. En entornos laborales como el sector salud, marcado por altos niveles de estrés, compartir anécdotas o reconocer logros fortalece los lazos entre compañeros y reduce la rotación.
Fomenta el chisme positivo
Los líderes pueden convertir el chisme en una virtud estratégica, si siguen algunas prácticas clave, como fomentar los rumores positivos, es decir, reconocer públicamente los logros y promover historias de éxito internas.
También es importante que los lideres estén atentos a lo que se dice en el pasillo o los chats, sobre todo escuchar sin juzgar y crear espacios seguros de expresión, debido a que cuando los empleados sienten que pueden hablar abiertamente, disminuye la necesidad de recurrir al chisme dañino.
Uno de los puntos más importantes es crear un clima organizacional centrado en la confianza, pues el chisme positivo tiene mayor impacto y menor potencial destructivo.
Usa el chisme como una herramienta de gestión
De acuerdo con Hogan Assessments, existen tres impactos positivos que puede tener el chisme en las organizaciones y que si el líder sabe implementar se convertirá en una herramienta.
1. Fuente confiable de información: En momentos complicados o cambios estructurales, el chisme puede ser un canal de comunicación. “Cuando los canales formales fallan, el chisme se convierte en la clave para compartir información”, afirma Allison Howell, vicepresidenta de Innovación de Mercado en Hogan Assessments.
El chisme puede tener un impacto positivo en los equipos, aliviando la ansiedad y fomentando la adaptabilidad, a la vez que garantiza que los empleados se mantengan informados, incluso en tiempos turbulentos.
2. Sistema de alerta: Los chismes a menudo sirven como un sistema de alerta temprana, señalando posibles desafíos o conflictos antes de que se intensifiquen. “Los chismes no son solo charlas ociosas; reflejan el pulso del lugar de trabajo. Los vínculos del equipo, reforzar los valores organizacionales y crear una cultura de apertura y confianza”.
Además, el chisme puede promover la conectividad social y emocional dentro de los equipos, fomentando una red de apoyo independiente. Si se maneja con cuidado, incluso puede ayudar a los departamentos a autorregularse.
3. Herramienta de diagnóstico: El chisme puede servir como una poderosa herramienta de diagnóstico para los líderes, ya que ofrece información sobre los desafíos organizacionales más profundos. El chisme negativo puede indicar conflictos sin resolver o problemas culturales más amplios, que requieren atención o que se han desatendido y se han agravado.
Además, los intentos de suprimir el chisme negativo mediante sanciones, no solo son ineficaces, sino que también pueden ser contraproducentes y creando un entorno aún más tóxico.
“Las organizaciones que estén dispuestas a reconocer las virtudes del chisme pueden transformar este comportamiento. Aprovechar el chisme como un canal de información y una herramienta de diagnóstico, permite fomentar la transparencia, la empatía y una cultura de alto rendimiento”, concluye Howell.