El BCE mantiene tasas de interés
El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo ayer 24 de julio, estables las tasas de interés mientras los responsables políticos esperaban para ver si la eurozona se vería afectada por los aranceles estadounidenses más altos amenazados por el presidente Donald Trump.
La pausa puso fin a una racha de recortes consecutivos desde septiembre del 2024 y que llevó al BCE a reducir su tasa de depósito de referencia a 2.0 por ciento
La rápida reducción de los costos de endeudamiento en los 20 miembros del bloque de la moneda única se produce en un momento en que la inflación ha retrocedido desde los picos de dos dígitos de fines del 2022.
Los precios al consumidor en la eurozona aumentaron a un ritmo de 2.0% en junio, en línea con el objetivo de inflación del BCE.
Los datos de inflación moderada y las señales alentadoras de crecimiento significan que el BCE está en una “buena posición”, dijo la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en una conferencia de prensa después del anuncio de las tasas.
Sin embargo, las perspectivas siguen siendo “excepcionalmente inciertas, especialmente debido a las disputas comerciales”, advirtió el banco central.
Negociaciones comerciales
Una nueva escalada de las tensiones comerciales podría suponer un nuevo golpe para la economía de la eurozona, dado que Trump ha fijado el 1 de agosto como fecha límite para imponer un arancel básico de 30% a la Unión Europea.
Mientras tanto las negociaciones entre Washington y Bruselas para llegar a un compromiso han avanzado, lo que aumenta las esperanzas de que se llegue a un acuerdo.
Lagarde se negó a especular sobre el resultado de las negociaciones, pero dijo que una resolución y una reducción de la incertidumbre relacionada con el comercio serían “bienvenidas por todos los actores económicos, incluidos nosotros mismos”.
El aumento de los aranceles, dondequiera que se encuentre su destino final, podría “reducir la inflación más de lo esperado” si las tensiones comerciales alimentaran la fortaleza del euro frente al dólar, afirmó.
Un euro más fuerte abarataría las importaciones y frenaría aún más la inflación. El BCE ya prevé que el indicador descienda a 1.6% en el 2026 antes de volver al objetivo en el 2027.
Lagarde dijo que el BCE monitorea el impacto de los tipos de cambio del euro sobre la inflación, pero agregó que el banco no apunta a un tipo de cambio en particular.
La inflación también podría reducirse si un mayor nivel de aranceles reduce la demanda de exportaciones europeas e impulsa a “los países con exceso de capacidad a redirigir sus exportaciones hacia la zona euro”, dijo.
Por el contrario, una interrupción del comercio y las cadenas de suministro globales podría impulsar un nuevo aumento de precios. Y una resolución de las tensiones comerciales podría “mejorar la confianza y estimular la actividad”, afirmó Lagarde, lo que podría aliviar la presión sobre los precios.
Si la inflación muestra signos de debilitamiento y los datos económicos parecen inestables, el banco central podría optar por “un último recorte de tasas en la reunión de septiembre”, dijo el analista del banco ING Carsten Brzeski.