El arte de enfrentar la incertidumbre

El arte de enfrentar la incertidumbre

¿Han escuchado alguna vez sobre la teoría del cisne negro? El concepto lo desarrolló el economista Nassim Nicholas Taleb en su libro The Black Swan: The Impact of the Highly Improbable, un best seller en el que explora el impacto de los acontecimientos altamente improbables, que a pesar de tener tintes inverosímiles, resultan sucesos de una gran repercusión mundial.

El primer trimestre de 2025 estuvo marcado por la incertidumbre, principalmente por especulaciones, declaraciones y un ambiente tenso en las relaciones comerciales no solo entre México y Estados Unidos, sino en todo el mundo. Al día de hoy, en este segundo trimestre, permanecemos envueltos en una escena global con características que parecían inimaginables; la combinación de aranceles significativos e inconscientes, la polarización política, la disrupción de las cadenas de suministro, los conflictos bélicos y la subsecuente reacción de los mercados ante estas inesperadas situaciones, constituyendo sin duda, un Cisne Negro.

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En los ámbitos corporativo y empresarial se dice que el mayor riesgo para las empresas es “el que no pueden ver”, porque lo que está ocurriendo era impensable. Respecto a esta nueva realidad, ¿cómo prepararse entonces para hacerle frente a los eventos inesperados de alto impacto? ¿Cómo estar preparados para responder acertadamente y de manera rápida ante cisnes negros como el de la crisis financiera del 2008 o el de la pandemia por Covid-19?

En este sentido es de vital importancia que todo grupo ejecutivo –sin importar el tamaño ni el giro de la organización–, cuente con un Plan Integral de Gestión de Riesgos Empresariales, en el cual se realiza un mapeo de los potenciales riesgos, sus probabilidades de ocurrencia, y el nivel de impacto que ese riesgo podría generar a la empresa.

Dentro de dichas probabilidades deben tomarse en consideración, de manera no limitativa, una serie de riesgos de tipo legal, regulatorios, tecnológicos, de ciberseguridad, reputacionales y de desorden de los mercados, abordando dichos desafíos con un enfoque multidisciplinario. En esta línea preventiva los equipos directivos deben realizar ejercicios de preparación, que consisten en un entrenamiento de simulación de situaciones desfavorables, ejercicios teóricos, ejercicios prácticos, pruebas de sensibilidad y evaluaciones de los protocolos de comunicación, todo ello como parte de un plan de adiestramiento que baje de los líderes a toda la organización con una comunicación clara y transparente.

Aunque nos parezca increíble, del total de las empresas enlistadas en el ranking Fortune 100, consideradas las empresas con mayores ingresos del mundo, solo el 47% realiza simulaciones de este tipo de eventos. Sí, contrario a su designación, la falta de un Plan Integral de Gestión de Riesgos eleva la probabilidad de un fracaso empresarial. Toda organización, mucho más en estos tiempos de desconcierto global, requiere de una diligencia constante y un enfoque multifuncional específico para lograr una supervisión eficaz.

Sin embargo, toda esta planeación y procesos estructurados no sustituyen a lo más importante: el verdadero liderazgo. La pandemia nos enseñó a los líderes que debemos prepararnos porque el peor escenario puede ocurrir cuando menos lo esperas y que las decisiones que tomemos en un momento de dificultad pueden ser cruciales. Por ello, ante los Cisnes Negros urgen líderes capaces de lidiar con la incertidumbre, que analicen la información y los datos minuciosamente, que echen mano de su experiencia e intuición. Urgen líderes con temple y visión que generen confianza y escuchen a sus equipos para tomar las mejores decisiones posibles, con adaptabilidad, resiliencia y sobre todo considerando la sustentabilidad y colocando a las personas en el centro.

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