El arte de cuidar a los que cuidan: La salud mental de los líderes de RH

Quien encabeza el área de Recursos Humanos de una organización está bajo una constante presión. Por un lado, deben ayudar a todos los mandos en la gestión de talento, construyen cultura organizacional y promueven el bienestar de los colaboradores; al mismo tiempo que hacen malabares con su vida personal, sus emociones y su estado mental. 

La paradoja es clara: quienes tienen la responsabilidad de cuidar el bienestar ajeno muchas veces olvidan el propio. Afortunadamente, cada vez más voces dentro del mundo corporativo coinciden en el principio básico de “para cuidar a otros, primero hay que cuidarse uno mismo”.

La vicepresidenta ejecutiva de Recursos Humanos de una empresa tecnológica afirmó: “Mis días están llenos de decisiones urgentes. Por eso es crucial crear una rutina intencional en torno al bienestar mental”. Este ejemplo forma parte de un coro creciente de líderes que han comprendido que su capacidad para dirigir depende, en buena medida, de su estabilidad emocional y mental.

En la presentación de su libro, Mauricio Reynoso, director general de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh), reflexionó sobre una frase conocida por todo viajero frecuente: “Ponte tu mascarilla de oxígeno antes de ayudar a otros”. En su opinión, solo priorizando tu bienestar puedes comunicar con claridad, gestionar expectativas y generar equidad en el desempeño. No es egoísmo, sino un requisito para liderar con autenticidad.

En ese sentido, entre las prácticas comunes de algunos líderes están:

  • Darle intención al día de trabajo desde el inicio. Ya sea con un momento de reflexión luego de despertar; preparar ideas y anticipar los retos del día. Darse ese espacio puede generar claridad y calma. Otros ejecutivos inician sus días escuchando podcasts durante trayectos.
  • El aspecto físico también es relevante. Rutinas cortas de ejercicio diario, calistenia, usar la escalera en vez del elevador, pueden ser oportunidades de reinicio mental como lo llama Phil Jackson, el famoso director profesional de la NBA. Son oportunidades de dejar que la mente vague para reconectar con uno mismo.
  • Establecer límites claros también es una herramienta valiosa. Manejar la agenda personal con la misma rigurosidad que la profesional, permite estar plenamente en el trabajo o con familia, eligiendo sin culpa.
  • El contacto con la naturaleza. Hay quien recarga energías haciendo un viaje. Cada vez es más común escuchar de grupos que se reúnen para hacer senderismo, visitar una montaña o el campo o simplemente estar al aire libre.

Más allá de las estrategias personales, también destaca la importancia de las interacciones humanas. Tener conversaciones auténticas con colegas, bromear, mostrarse vulnerables. Se trata de conocer a las personas con las que se trabaja, compartir experiencias y mantener perspectiva. Incluso esta conexión humana es parte del concepto propuesta de valor para el empleado (EVP en inglés), que implica tener en la empresa la posibilidad de sentirse parte de un grupo donde cada persona es valorada y respetada por quien es.

Tomarse un tiempo para reflexionar es parte del proceso. Quien es responsable de Recursos Humanos puede beneficiarse generando espacios para el diálogo honesto con sus pares y con los mandos medios; las problemáticas y preocupaciones suelen ser compartidas más que algo que sólo le pasa a una persona.

Cuidar del bienestar propio no es un lujo, es una necesidad estratégica. Y en el caso de los líderes de Recursos Humanos, es también un acto de coherencia y responsabilidad, porque para ser el soporte emocional de otros, primero hay que aprender a sostenerse a uno mismo.

*Los autores son profesores del área de Dirección de Personal de IPADE Business School (@IPADE)

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