EE UU estudia una salida basada en la economía para el conflicto del Sáhara tras medio siglo de estancamiento
El inusual mensaje de mano tendida a Argelia del discurso de la Fiesta del Trono de Mohamed VI del pasado martes, en el que invitó a negociar una solución “sin vencedores ni vencidos” para el conflicto del Sáhara Occidental, ha sido recibido con silencio en Argel. El recado apaciguador del monarca de Marruecos ha coincidido con la gira por el Magreb de Massad Boulos, consuegro y consejero del presidente Donald Trump, quien la semana anterior había visitado Argel en una misión diplomática destinada a “impulsar el comercio” como vía de estabilidad en la región. Y también con el anuncio de que el Gobierno de Estados Unidos se dispone a autorizar grandes inversiones de sus empresas en el Sáhara bajo control marroquí, un territorio en disputa considerado por Naciones Unidas como no autónomo (pendiente de descolonización) desde hace medio siglo. Boulos regresó a Washington sin hacer escala en Rabat, como tenía previsto.