Edificios que se montan y se desmontan: la economía circular se cuela en la construcción

Edificios que se montan y se desmontan: la economía circular se cuela en la construcción

Estamos ya más que acostumbrados a reciclar nuestros residuos domésticos. En España, por ejemplo, se gestionan cada año millones de toneladas de envases. Pero ¿sabía que los edificios y sus materiales también pueden reciclarse? Más aún, ¿imaginaba que un edificio puede desmontarse completamente y volverse a montar?

La Fórmula 1, a menudo laboratorio de innovaciones, nos ofrece un ejemplo tangible: el “pit box” de Red Bull, el F1Holzhaus (literalmente, “la casa de madera”). Se estrenó en el Gran Premio de España de 2019 y es desde entonces el “hogar” del equipo en Europa. Cada Gran Premio, catorce trabajadores ensamblan sus 1 221 metros cuadrados en solo 32 horas (y los desmontan en menos de un día).

Este edificio refleja un cambio en la concepción de la construcción, que ahora apuesta ineludiblemente por edificios sostenibles, capaces de adaptarse, modificarse y reutilizarse.

Los residuos de la construcción

La industria de la construcción es una de las mayores generadoras de residuos: unos 2 200 millones de toneladas anuales a nivel global. En Europa, cerca de 450 millones de toneladas, el 40 % del total de todos los residuos.

Más del 90 % de los desechos provienen de demoliciones, pero no deben olvidarse aquellos generados en obra (materiales sobrantes o rotos) y los que se producen durante la fabricación. Estos últimos pasan muy desapercibidos, pero aquí tiene un dato: las vigas de madera que podemos ver en un edificio son solo el 20 % de la madera original. Hasta el 80 % se ha quedado por el camino desde el bosque como residuos de producción (serrín, retales, partes desechadas…).

Este escenario revela los límites del modelo lineal –fabricar, usar, desechar–, que aún domina. Para contrarrestarlo, la economía circular propone el diseño para el desmontaje como estrategia. En él se reemplaza la demolición por un desmontaje sistemático, que permita recuperar y revalorizar los componentes.

Este cambio de paradigma (de “usar, tirar” a “usar, reusar, reciclar”), ya presente en otros ámbitos, comienza su andadura en la construcción a través de diversas iniciativas a nivel mundial que buscan integrar estos conceptos en edificios del futuro más seguros, sostenibles y duraderos. Son la muestra de cómo conseguirlo a partir de un diseño consciente, basado en conceptos como modularidad y estandarización. A esto se une un diseño adecuado de uniones reversibles, que permiten desmontar sin dañar (y por tanto, facilitan la reutilización) y herramientas digitales ya disponibles como los “pasaportes de materiales”, documentos digitales que localizan y cuantifican los productos y materiales del edificio, lo que simplificará enormemente su futura reutilización.

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De residuos a materiales de construcción

Pero, evidentemente, la solución no es solo desmontar y reusar lo ya construido. En este cambio de modelo, del lineal al circular, es crucial también transformar los residuos en recursos. Se trata de superar el cascading, el “reciclaje” tradicional, en el que se reutilizan en productos de menor valor (como ejemplo, los residuos de madera que se trituran para fabricar paneles). En contraste, el upcycling propone que materiales ya descartados tengan una nueva vida como elementos de mayor valor o utilidad.

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Ya existen ideas concretas para aplicar el upcycling en construcción. Como hemos visto, casi todos sus residuos provienen de la demolición. Pero ¿y si esa basura de la construcción no fuera al vertedero? ¿Y si sirviera para hacer un nuevo edificio? Esa es el área de trabajo y exploración del diseñador español Lucas Muñoz. Observe el mobiliario y las lámparas del restaurante MO de Movimiento o del espacio CoLab de Sancal (ambos en Madrid) y piense cómo pueden estar hechos, a partir de qué materiales. ¿Lo adivina? Todo está fabricado con los residuos del local anterior.

También es necesario actuar en los residuos de producción (recuerde ese 80 % de madera que se pierde en el trayecto de la madera del bosque al edificio). A modo de ejemplo, el Proyecto PRISMA es una iniciativa que propone la fabricación de productos de alto valor añadido, como bloques de construcción (ladrillos de madera) a partir de los residuos sobrantes de los aserraderos que, de otro modo, irían a la producción de energía (serían quemados) o la fabricación de paneles.

Como ya hemos dicho, gracias al upcycling el residuo pasa a tener un valor mayor. Para ello es necesario buscar nuevas soluciones imaginativas. ¿Construir un edificio con botellas de refresco de plástico PET? Dicho y hecho: mire la fachada de EcoArk en Taiwan, construida encajándolas. Y por supuesto, el edificio es también enteramente desmontable.

El edificio EcoArk en Taiwán, construido como sede de la Exposición Internacional de Flora de Taipei, es el primer edificio del mundo construido con basura, más de 1,5 millones de botellas de plástico PET.Enlace imagen

El edificio EcoArk en Taiwán, construido como sede de la Exposición Internacional de Flora de Taipei, es el primer edificio del mundo construido con basura, más de 1,5 millones de botellas de plástico PET.Foto: Shutterstock

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