Economía mexicana tropieza en el tercer trimestre. ¿Qué impacto tiene en tu bolsillo?

Economía mexicana tropieza en el tercer trimestre. ¿Qué impacto tiene en tu bolsillo?

La economía mexicana registró una caída de 0.3% en el tercer trimestre del año frente a los tres meses previos y con respecto al mismo periodo de 2024, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) con datos preliminares. ¿Qué implica esto para el bolsillo de los hogares

La contracción económica de un país tiene el potencial riesgo de aumentar los niveles de desempleo y la caída del poder adquisitivo, a medida que los salarios se estancan o caen y los precios se mantienen o, en el peor de los casos, siguen aumentando. Esto genera un impacto en el consumo y, por ende, en el nivel de bienestar de la población.

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“Cuando una economía se contrae lo que se produce es una reducción general de los bienes y servicios que hay en el mercado: cae el consumo, la producción de bienes y servicios y la inversión. Esto provoca el despido de trabajadores, lo que aumenta el desempleo, lo que a su vez reduce el consumo y se entra en una espiral descendente”, señala Santander.

La caída anual que mostró el Producto Interno Bruto (PIB), el indicador que mide los avances y retrocesos de la economía, es la primera desde el primer trimestre de 2021, cuando la economía mundial atravesaba los efectos del Covid-19.

¿En camino a la recesión?

Para Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, el resultado es una “mala noticia”, porque aumentó las posibilidades de que México caiga en recesión, lo cual tendría un efecto mayor en el bolsillo del consumidor.

“El país aún no está en recesión, porque no cumple con los criterios de una caída profunda, sostenida y generalizada; sin embargo, sí es muy probable que se esté dirigiendo hacia un estancamiento que dure varios años o inclusive sí pueda caer en recesión en los siguientes meses”, expuso.

Para la especialista, existen datos preocupantes en este momento. El consumo privado, por ejemplo, ha mostrado un comportamiento errático, con caídas y rebotes alternados mes tras mes, que ha impedido identificar una tendencia de crecimiento.

Además, hay indicadores presentan una trayectoria similar, lo que sugiere una economía que solamente se mantiene a flote. Entre ellos está la generación de empleo, que está por debajo de otros años; la caída y la pérdida de poder adquisitivo de las remesas y una confianza del consumidor en deterioro, entre otros indicadores.

“En conjunto, estos elementos pintan un panorama de bajo y frágil crecimiento, donde la línea entre el estancamiento y la recesión se vuelve cada vez más delgada”, con factura directa a la cartera de las familias, expuso en conferencia.

En una recesión, los efectos agravantes se presentan de diferentes maneras: aumentan las solicitudes de desempleo, cambian los patrones de gasto, se ralentizan las ventas y disminuyen las oportunidades económicas, señala la Universidad Panamericana.

“Las recesiones están marcadas no únicamente por la caída del PIB, sino también del ingreso personal real y de las ventas y producción manufacturera y por un aumento en las tasas de desempleo”, expuso.

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