¿Dónde comer? Vigneron, el wine bar para paladares inquietos

¿Dónde comer? Vigneron, el wine bar para paladares inquietos

En los últimos 5 años, la Ciudad de México ha sido testigo de una expansión vertiginosa de wine bars. Lo que comenzó como una tendencia reservada para unos pocos entusiastas se ha convertido en un fenómeno transversal que atraviesa colonias como Roma, Condesa, Juárez, San Miguel Chapultepec y Polanco. Hoy, hablar de vino natural, etiquetas artesanales o maridajes por copa es casi tan común como hablar de cerveza artesanal en 2015.

Pero, como en toda moda, no todos los espacios han logrado trascender el hype. La mayoría repite fórmulas: una decoración instagrameable, una carta breve de vinos naturales y platillos funcionales. En ese mar de similitudes, hay lugares que optaron por ir más allá.

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Uno de ellos es Vigneron (Bib Gourmand por la Guía Michelin), un espacio ubicado en la colonia Roma que, más que subirse a la ola, ayudó a definirla.

Un wine bar con espíritu europeo… y corazón mexicano

Desde su concepción, Vigneron no quiso ser solo un lugar para beber vino, sino para descubrirlo, conversarlo y compartirlo. Fundado como showroom de Vinos Amparo, una distribuidora enfocada en etiquetas de pequeños productores de Europa y México, su filosofía siempre ha sido la de actuar como embajadores del viñador, o vigneron, como se dice en francés: ese productor que cuida la tierra, las uvas y el proceso con obsesión artesanal.

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VigneronCortesía

El nombre no es casual. Aquí, el protagonismo no lo tienen las casas comerciales ni las grandes denominaciones, sino los vinos que hablan de terroir, de métodos biodinámicos, de rarezas y descubrimientos. En ese sentido, Vigneron no es solo un bar de vinos, es un punto de acceso a otro universo vinícola.

Tres caminos para descubrirlo

1. Menú de degustación por seis tiempos

Disponible bajo reservación y servido en el salón interior, esta experiencia ofrece una narrativa culinaria pensada para acompañar —y ser acompañada— por vino. Los platos cambian constantemente según temporada, pero algunos de los recientes han incluido: tiradito de kampachi con leche de tigre de ajo negro, zanahorias con mole de ceniza, cordero confitado, tortellini de ricotta casera y postres como helado de flor de saúco con granita de manzanilla. El precio es de $1,800 pesos, con maridaje opcional de $1,000 o $2,000 pesos.

2. Carta ligera para tardes con vino

Quienes prefieren un formato casual sin perder calidad pueden elegir entre opciones como:

  • Aceitunas con ajo confitado, tomillo y limón ($180)
  • Sardinas portuguesas marinadas en aceite de oliva y encurtidos ($390)
  • Crudo de hamachi con pistache y limón encurtido ($290)
  • Pappardelle con ragú de cerdo y chícharos verdes ($385)
  • Plato de quesos artesanales con compota y pan ($425)
  • Tabla de charcutería premium ($650)

Estos platillos no son acompañamientos: están pensados para compartir protagonismo con cada copa.

3. Postres y maridajes dulces

Un apartado poco común en otros wine bars de la ciudad es su oferta de postres con maridaje. Aquí, cada dulce puede combinarse con vinos seleccionados:

Mille crêpes de crème brûlée + Clos Lapeyre Jurançon Moelleux 

Pastel de chocolate y butterscotch + Gran Barquero Oloroso 

Selección de quesos + maridaje de 3 vinos, incluyendo etiquetas como Château Coutet (Barsac), Equipo Navazos (Jerez), y Fumey Chatelin (Jura).

Joyas líquidas: maridajes que no se ven en ningún otro lado

Una de las propuestas más ambiciosas de Vigneron es su maridaje “Joyas de Francia”: seis copas de vinos de altísima gama —incluyendo champagnes, grand crus y vinos biodinámicos— servidas por $2,200 pesos gracias a su sistema Coravin. Algunos nombres de esta edición:

  • Claude Giraud – Champagne Henri Giraud
  • Nicolas Joly – Clos de la Coulée de Serrant (Loire)
  • Philippe Chavy – Puligny-Montrachet (Bourgogne)
  • François Mikulski – Volnay 1er Cru (Bourgogne)
  • Louis-Benjamin Dageneau – Les Jardins de Babylone (Jurançon)

Imposibles de encontrar por copeo en otro bar de la ciudad, estos vinos convierten una tarde cualquiera en una clase magistral de terroir francés.

A diferencia de otros lugares que se montaron en la ola del vino natural con una oferta genérica, Vigneron ha mantenido coherencia, curaduría y vocación pedagógica. Aquí no se viene solo a beber: se viene a entender por qué el vino importa, por qué un plato puede cambiar según lo que lo acompaña, por qué vale la pena pagar por la calidad.

Reconocido como espacio Bib Gourmand, Vigneron demuestra que la experiencia no está en el lujo, sino en el detalle. Una cava de más de 350 etiquetas, servicio cercano, cocina cuidada, música suave, luz cálida. Nada sobra. Nada falta.

  • Dónde: Jalapa 181, Roma Norte, Cuauhtémoc, CDMX.
  • Cheque promedio: $1,000.00 por persona.

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