Diccionario de bolsillo para definir 2025 (Parte I)

Aranceles, palabra del año. Es la favorita del presidente de Estados Unidos y señal inequívoca de que estamos entrando en una era de nuevo proteccionismo. En 2025, los aranceles tuvieron dos momentos “estelares”. El Liberation Day, cuando Donald Trump anunció tarifas contra todo el mundo, y la segunda quincena de diciembre, cuando el Congreso mexicano decretó aranceles para 1,400 productos provenientes de países con los que no tenemos TLC. Con esta decisión, arranca una nueva política industrial, pero también América del Norte se amuralla. Los partidarios de las tarifas defienden su eficacia para proteger industrias y empleos. Entre sus detractores, Warren Buffett es uno de los más lapidarios: las define como actos de guerra comercial, enfatiza que suben costos para consumidores y productores. Los costos los pagan los ciudadanos comunes, no los gobiernos extranjeros, dice.

Bitcoin. Reina de las criptomonedas y protagonista de un año lleno de paradojas. Alcanzó su máximo valor el 5 de octubre, cuando llegó a 125,245 dólares, gracias al apoyo de Donald Trump, que pasó de detractor a ser el mayor apoyador de las cripto y empresario de este pujante sector. En lo regulatorio, fue un año de ensueño para las criptos. En el mercado, una decepción. Ha caído 8.8% en el año, comparado con una ganancia de 121% en 2024 y 155% en 2023. Le pesa la pérdida de apetito por el riesgo de los inversionistas y un “no sé qué”: la moneda de los libertarios vive con volatilidad extrema su transición a la institucionalización. No ha sido el refugio de valor que muchos esperaban. El oro está de regreso.

Dólar. La moneda fuerte más débil del mundo en el 2025. Se depreció alrededor de 10% frente a la canasta de las principales divisas; 13.6% ante el peso y 17% en comparación con el guaraní paraguayo. Esto funcionó para Estados Unidos como un segundo arancel, que encarece los productos de importación. El déficit comercial estadounidense tuvo su menor nivel desde hace cinco años, presume la Casa Blanca.

FIFA. Vampiro que chupa la sangre de los aficionados del futbol. Multinacional que exprime a los países que se animan a organizar una Copa del Mundo.

Huachicol. Dicen que esta palabra viene del maya huache, que quiere decir “forastero, ladrón, falso”. Hace siete años, nos remitía a una actividad criminal donde se perforaban los ductos y se ordeñaba la gasolina. Ahora hablamos de huachicol fiscal. Se refiere al contrabando de gasolina y diésel que entra a territorio mexicano sin pagar los impuestos. Son millones de litros “huaches” que cuestan alrededor de 180,000 millones de pesos anuales al erario y Pemex. El tema alcanzó otra dimensión en marzo, cuando se descubrió un buque en el puerto de Altamira que traía 20 millones de litros. El escándalo salpicó a la Marina, agentes aduanales, empresarios políticos y funcionarios de Pemex. Hasta ahora, no han caído peces gordos.

Inflación. Huésped indeseable que llegó hace cuatro años y no se quiere ir. El índice de precios cerrará el año cerca de 4% y todo indica que el 2026 empezará con una cuesta de enero empinada. Pesarán los aumentos de impuestos a refrescos, los aranceles, los costos laborales y las expectativas. En materia de precios, vivimos uno de esos momentos en que las amas de casa y los padres de familia tienen otros datos. Ya quisieran que sus compras hubieran subido menos de 5 por ciento.

Inteligencia artificial. Campo de la informática que crea sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana. Territorio que se disputan Estados Unidos y China mientras definen quién manda en el mundo. Tecnología que está transformando el mundo, volviendo locos a los mercados y poniendo presión al abasto de energía. Hay dilemas éticos no resueltos y una nueva generación de multibillonarios que viven en esta parcela de la ciencia ficción que se está colando en nuestras vidas. Los protagonistas de la IA se han vuelto los Masters of the Universe, como si esto fuera un cómic.

Judicial, reforma. Ocurrencia que no hemos terminado de procesar. Teníamos un sistema de justicia ineficiente y, en vez de reformarlo, fue dinamitado. Ahora tenemos algo que empezó con acordeones y se estrenó por medio de un ritual que tuvo aroma de copal. Es el elefante en la sala, la presencia incómoda y difícil de mencionar cuando en el gobierno se preguntan por qué se cayó la inversión privada. Factor de incertidumbre económica al que no hemos terminado de asignarle un valor, ¿cuánto nos costará esta reforma y cómo debemos medirla… en pesos, en años, en oportunidades perdidas?

Continuará.

admin