Día del Medio Ambiente 2025: México lanza su primera comunidad regenerativa en Quintana Roo

La sostenibilidad en México ha dado un paso relevante con el lanzamiento del primer proyecto piloto de comunidad regenerativa, un modelo que busca trascender la sostenibilidad tradicional para reimaginar desde lo local una forma de vida armónica con el entorno, las raíces culturales y el desarrollo económico.
Esta iniciativa, liderada por el consultor internacional Carlos Dehesa y respaldada por ONU-Hábitat, inicia en el municipio de José María Morelos, Quintana Roo, como un laboratorio vivo para diseñar un nuevo contrato social territorial.
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Dehesa, originario de Chetumal, identifica en esta región una reserva cultural y ambiental con potencial transformador. “José María Morelos fue elegido no por lo que le falta, sino por todo lo que tiene: cultura viva, biodiversidad, juventud y capital social olvidado”, dijo en entrevista con El Economista.
Cuatro ejes
La visión de comunidad regenerativa va más allá del desarrollo sostenible. “Se trata de regenerar desde lo rural el tejido económico, social y ambiental del país, posicionando a México como un referente de innovación territorial con identidad propia y rostro comunitario”.
Explicó que la comunidad regenerativa se basa en cuatro ejes: resiliencia ecológica, identidad cultural, economía circular y participación ciudadana. A diferencia de enfoques extractivos o asistencialistas, este modelo apuesta por activar los recursos invisibles de cada comunidad mediante metodologías de mapeo socioterritorial, diseño participativo y gobernanza local.
Una de las alianzas clave es con ONU-Hábitat, que aporta metodologías de planificación territorial, indicadores de impacto y herramientas de diseño urbano sostenible adaptadas al entorno rural.
Cada decisión sobre infraestructura, movilidad o vivienda será tomada con datos, visión a largo plazo y participación de la comunidad”, mencionó Dehesa.
A esto se suma la colaboración con la Universidad Intercultural Maya, actores locales como el alcalde Erik Borges Yam, y juventudes mayas que impulsan emprendimientos circulares, formación en liderazgo regenerativo y alfabetización ecológica.
Enfoque económico
En términos económicos, el modelo se alinea con las proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que prevé la creación de hasta un millón de empleos verdes en México para 2030 si se implementan políticas locales de transición justa. En contextos rurales, esto significa oportunidades reales en bioconstrucción, agricultura regenerativa, turismo responsable y tecnologías limpias.
El turismo, de hecho, es uno de los pilares del proyecto. Sin repetir los errores de modelos extractivos como el de Tulum, se plantea una propuesta basada en economía circular, trazabilidad de impacto y gobernanza comunitaria. “No vamos a replicar lo que no funciona; vamos a construir algo que honre y potencie el territorio”, dijo el consultor.
Este modelo no se concibe como una receta exportable, sino como una metodología adaptable que se está preparando para replicarse en estados como Puebla, Hidalgo, Chiapas y Tlaxcala. “La clave está en la escucha profunda. Cada comunidad tiene un rostro distinto de regeneración”, explicó Dehesa.
El impacto también será global. El consultor liderará el Pabellón de México en la COP30 y ha iniciado la producción del documental Ciudades que hablan, donde se presentará este modelo como parte de una nueva narrativa mexicana frente al cambio climático. “México no sólo reacciona, lidera. Desde sus raíces, desde lo local, desde la dignidad”, concluyó Dehesa.