DHL, FedEx y UPS ajustan operaciones y previsiones financieras por aranceles
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Las empresas de mensajería global enfrentan una tormenta perfecta. A la amenaza de desaceleración económica de Estados Unidos se suma una política comercial cada vez más proteccionista que, con nuevas reglas aduaneras y aranceles, ha comenzado a entorpecer el tránsito de paquetes y mercancías, especialmente desde Asia. El impacto golpea de lleno a gigantes como DHL , UPS y FedEx , que ahora ajustan operaciones, previsiones financieras y estrategias logísticas. Desde el 5 de abril, todas las importaciones a Estados Unidos con valor superior a 800 dólares deben pasar por un proceso de entrada formal, una reducción drástica frente al umbral anterior de 2,500 dólares. El cambio apunta principalmente a contener el volumen de compras transfronterizas en plataformas asiáticas como Temu y SHEIN, cuyos productos baratos llegaban sin controles estrictos bajo el umbral anterior. Estados Unidos busca así cerrar la puerta a lo que percibe como una competencia desleal en su mercado interno.
El impacto no es menor. Solo en 2023, las importaciones bajo el esquema de minimis —que permite entradas sin aranceles ni revisión formal por debajo del umbral— representaron más de mil millones de paquetes. Con el nuevo límite, buena parte de esos envíos deberá pasar ahora por trámites más complejos, sobrecargando los sistemas de despacho aduanal y generado retrasos significativos. Para las firmas de mensajería, esto implica no solo tiempos mayores de procesamiento, sino también mayor presión operativa y menor margen en sus operaciones transfronterizas. DHL Express, la división de mensajería del grupo alemán Deutsche Post, fue una de las primeras en tomar medidas drásticas. En un comunicado publicado el sábado 19 de abril en su sitio web, la compañía informó la suspensión temporal de todos los envíos dirigidos a personas físicas en Estados Unidos con un valor superior a los 800 dólares, a partir del 21 de abril. “La medida responde a los recientes cambios regulatorios de la aduana estadounidense, que han alargado el tiempo de despacho para estos envíos”, explicó DHL. La suspensión no afecta las entregas entre empresas (B2B), pero la empresa advirtió que incluso estos podrían experimentar “retrasos de varios días”. “Estamos trabajando con nuestros clientes para ayudarles a comprender y adaptarse a los cambios que entrarán en vigor el 2 de mayo”, indicó DHL en respuesta a Reuters.
Una baja en los envíos de insumos industriales Las nuevas restricciones aduaneras se suman a una escalada arancelaria más amplia impulsada por la administración de Donald Trump, que ha apuntado nuevamente contra China con tarifas punitivas y amenazas de mayores sanciones comerciales. Expertos temen que esta política derive en una nueva recesión comercial. La combinación de proteccionismo y rigidez normativa genera un efecto dominó: menos importaciones de bienes durables y componentes, menor demanda de transporte, menos ingresos para las empresas de mensajería, y mayores costos para el consumidor final. Para compañías como FedEx, el impacto se refleja tanto en sus flujos de mensajería como en su negocio logístico vinculado a la economía industrial. Su división de carga FedEx Freight reportó menores resultados debido a la caída en recargos por combustible, menor peso por envío y una reducción general en el volumen de mercancía transportada. El pasado jueves, la empresa con sede en Memphis recortó sus previsiones de ingresos y ganancias para el año fiscal que termina en mayo. “Nuestra revisión refleja una debilidad persistente en la economía industrial estadounidense, que está limitando la demanda de nuestros servicios entre empresas”, declaró John Dietrich, director financiero de FedEx. La compañía redujo su estimado de ganancias ajustadas a entre 18 y 18.60 dólares por acción, frente al rango anterior de 19 a 20 dólares. El enfriamiento del sector industrial en Estados Unidos también ha resultado perjudicial para UPS, que también depende de los envíos de insumos, maquinaria y componentes entre empresas. Estos envíos suelen generar mayores ingresos por paquete que las entregas de e-commerce. Tanto FedEx como UPS optaron por recortes de costos para mitigar el entorno adverso. En el caso de FedEx, la estrategia ha incluido despidos, reducción de rutas y renegociación de contratos de transporte. “El equipo de FedEx mejoró la rentabilidad pese a un entorno operativo muy desafiante”, señaló Raj Subramaniam, presidente y CEO de la empresa. Aun así, reconoció que la volatilidad macroeconómica y las nuevas políticas comerciales representan un reto constante para el sector. Las acciones de FedEx cayeron 5.3% tras el anuncio, mientras que los títulos de UPS perdieron 1.1%. En los mercados financieros, estos gigantes son vistos como indicadores adelantados de la actividad económica global. Su debilidad es señal de alerta para el comercio internacional. Pese a estos desafíos, la empresa reportó un flujo de efectivo saludable y una posición sólida de caja, con 5,100 millones de dólares disponibles al cierre de febrero. También completó su programa de recompra de acciones por 2,500 millones de dólares, como medida para apuntalar su desempeño financiero. Sin embargo, de mantenerse las políticas actuales, analistas advierten que el entorno seguirá siendo difícil para todo el sector logístico. “Los aranceles no solo encarecen las importaciones, también distorsionan las cadenas de suministro y reducen la eficiencia de las redes globales”, apuntó un informe reciente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos. Con información de Reuters y de los reportes trimestrales de DHL y FedEx
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