De pensiones y presiones
<![CDATA[
La secretaria Buenrostro, sin saberlo, ha invocado la soga en casa del ahorcado. Las pensiones, jubilaciones y haberes de retiro a cargo del erario son una bomba de tiempo, cuya mecha corta, al parecer no ha sido advertida por la zarina anticorrupción. La usó como instrumento electorero y de denostación del pasado, pero dio inició a un complejo proceso en el que los platos rotos serán pagados por la presente administración.
Sí, desempolvando el asunto que usara el tabasqueño para agredir a Amparo Casar, ha llamado la atención sobre uno de las más espinosas e inexplicables caras del abuso de recursos públicos, cuyo costo es evidente no le ha quedado del todo claro. Se usó aquel expediente para señalar que existen pensiones multimillonarias en Pemex, así como en lo que fuera el extinto organismo Luz y Fuerza del Centro; sin embargo, se dejó de advertir que, al jalar la cobija, quedaron al descubierto muchos otros personajes, algunos, cercanos a la presente administración. El contrato colectivo de la CFE, al tiempo de la liquidación de la extinta entidad del sector eléctrico, y el de ésta, eran prácticamente iguales. Las críticas, acusaciones y señalamientos que se enderezaron en contra de Luz y Fuerza resultaban igualmente aplicables a la CFE. Sí, todo lo que se dijo por Calderón para destruir a la centenaria empresa, se podía, y se debió decir, de la hoy empresa improductiva del Estado, empezando por las pensiones, y por un sinnúmero de exóticas prestaciones pactadas en favor de los burócratas de la industria eléctrica. En realidad, la extinción de Luz y Fuerza se debió a un diferendo que impedía que Calderón dar a empresarios cercanos, un enorme negocio relacionado con la red de fibra tendida en la capital, misma que, en el extinto contrato colectivo era señalada como materia de trabajo del Sindicato Mexicano de Electricistas. La falta de experiencia y conocimiento, tanto del Calderón, como de Lozano, los llevó a pensar que, ordenando la extinción de la otrora entidad pública, precipitarían la desaparición del sindicato. La torpe decisión no llegó lejos. Establecer diferencias laborales entre Luz y Fuerza y la CFE siempre fue, y ha sido, artificial. El aludir a las pensiones de una y de otra, de manera diferenciada, no tiene sino un claro tinte político. Resulta pues extraño que le preocupen los pagos exagerados, a pesar de que tienen un claro origen contractual, en tanto no le provoca consternación los puestos, contratos, y, porque no decirlo, prebendas y privilegios de los que gozan los ex directores de la peor petrolera del mundo, incluyendo, por supuesto, también a los bisoños miembros del consejo de administración. En un entorno de efectivo combate a la corrupción existirían lineamientos, políticas y manuales que impidieran, a exfuncionarios y exempleados, hacer del conflicto de interés; del uso de la información privilegiada, y de la administración de redes comunicantes hacia el interior del sector público, el enorme negocio que es hoy en día. Los principales detractores y más hambrientos caníbales de la empresa pública son quienes en algún momento cobraron en ella. Prácticamente todos se han dedicado a hacerse ricos, traficando influencias y hasta administrando contratos que se auto otorgaron empleando testaferros, y todo tipo de cómplices. Desde turbinas, hasta la construcción, adaptación y ampliación de instalaciones petroleras, pasando por renta de grúas y otros equipos. Negros y opacos contratos que quebraron, tanto a Pemex, como a la CFE, hoy patrocinados por quienes en algún momento dijeron dirigirla, sin aclarar, que lo hacían hacia el precipicio. Han drenado a la entidad oficial al grado de llevarla al estado lastimoso en que se encuentra. Hemos llegado al absurdo de que, quienes fueran en buena parte responsables de medidas ruinosas para Pemex, hoy, abanderan los movimientos de cobranza a la paraestatal, o, peor aún, son gestores de angora de proveedores y contratistas, pero de esos, de los que sí cobran, sugiriendo, claro, que es una fuente más de apoyos electoreros. Regresando al tema, qué decir de las pensiones del sector bancario oficial, o de los amparos de los integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico y de otros, de las élites oficiales. Cómo apuntar el dedo flamígero a los pensionados platino, al tiempo de que se respetan absurdos reconocimientos de antigüedad, articulados para otorgar inmerecidas jubilaciones, sí, como las de aquellos que, siendo directos responsables del quebranto bancario de los años noventa, hoy cobran pensiones como si el sistema algo les debiera. Critican al Fobaproa, mientras siguen pagando pensiones a quienes hundieron instituciones bancarias en aquel entonces. Un buen análisis de lo que cobran cientos, o miles, de trapecistas que hicieron del reconocimiento de antigüedad una mina de oro, daría una idea más clara del tema, que aquella ramplona muestra usada en el matinal espectáculo. ¿De verdad encontró una pepita de oro en materia de corrupción?, o más bien, cerró los ojos ante la enorme veta de inusitados pagos que existen en la burocracia, que hoy, es más dorada que nunca. Tan corrupto no pagar a los funcionarios del servicio exterior, porque éstos no pueden hacer lío en territorio nacional, como permitir que exfuncionarios tengan operadores haciendo arreglitos a diestra y siniestra. Si no sabe cómo se llaman puede preguntarle a Adán Augusto, que bien armó una estructura de topillos en el área legal de Pemex. O puede acercarse a todos esos operadores cercanos a Manuel Bartlett, que siguen tratando a la CFE como si fuera cueva de Alí Baba. En las empresas burocráticas todos saben bien qué proveedores son la cuota de quienes alguna vez estuvieron en la nómina. Eso vale más que 10 jubilaciones. El problema que tiene es que los números en materia de corrupción son hoy tan malos, como aquellos registrados en los peores tiempos del PRI o del PAN. Es cierto que posiblemente extrañaba ser llamada al micrófono de la ignominia, pero, sin duda, el haber escogido el tema de las pensiones, fue temerariamente desconocer que será uno de los que más agua llevarán hacia el interior de esa embarcación al garete que llaman la 4T. Ha puesto el reflector en un área que duele, y que dolerá profundamente, en el corto plazo. El desorden en materia de pensiones oficiales es apabullante, y el reconocimiento de antigüedades impresentable.
Por lo pronto, si quiere andar por ese camino, tendrá que invalidar lo que conforme a derecho nació como válido. Ello, por supuesto, aplicando retroactivamente las decisiones que adopte el incondicional congreso de la unión. Olvida que es claro que cada que toque el tema de pensiones, reconocimientos de antigüedad, y otros temas selectos en la materia, va a tocar guindas intereses, como los del huachicol, que muestran a Morena como la serpiente que se muerde la cola. Las disposiciones transitorias dictadas en favor de los trabajadores, y contenidas en la Ley de Petróleos Mexicanos, no serán exigidas por la representación sindical, ya que ésta prefiere volverse cercana a palacio, asumiendo el color guinda en contra de los trabajadores, que el hacer lo que de ella se esperaba. Hace tiempo que se han venido afectando los intereses económicos de todos esos que no tienen picaporte con los altos funcionarios. Desempeñar correctamente la cartera que la secretaria ocupa, tiene que ver con aquellos a quienes se paga de más, pero también, con aquellos a los que, corruptamente, se paga de menos. En ésta administración, éstos, son decenas de miles, y algunos, ya se están cansando. Si la idea era presionar a ciertos funcionarios, la verdad es que sin darse cuenta puso el dedo en una llaga que sangrará más de lo esperado. Si de lo que se trataba era de ahorrar, o más bien, eludir compromisos laborales, que es especialidad de la casa, va a ser muy difícil que escamotee a algunos, dejando a otros vivir opíparamente en igualdad de condiciones. Los endebles e indefendibles casos como el de Noroña se volverán del diario. Cuánto tiempo tardarán los adultos mayores en advertir que la supuesta falla de su tarjeta de débito es masiva, así como que la “caída de los sistemas” no es de orden tecnológico, sino financiero. Ya he referido que la palabra svastica, tan temida desde la Segunda Guerra Mundial, se traduce cabalmente al español como bienestar, no siendo esto una casualidad, sino una redundancia ideológica que dio base a lo que el oficialismo llama movimiento. Es ya sólo cuestión de tiempo que la palabra bienestar sea colocada en ese oprobioso estante en el que quedó la temible palabra svastica . Ante las grotescas afrentas de quienes están ocupando cargos públicos, ¿no resulta ofensivo hacer alusión a quienes hace décadas, o al menos, un par de sexenios, incurrieron en faltas? Sí, a esos que nada les han hecho, y nada les harán. Más que una pueril excusa, constituye un verdadero insulto, una simulación, un pretexto para dejar delinquir a los de casa. ¿Cuántos juicios laborales existen por desconocimiento de derechos laborales? Eso, al ser una práctica generalizada, constituye corrupción institucional. Cuántos contratos tienen asignados empresas dirigidas, asesoradas o vinculadas a ex directores de Pemex o de la CFE, y, nótese, que no digo generales, dado que el tráfico de influencias es un bien conocido y rentable vicio en el país de la impunidad, tolerado, cobijado, y, a veces, hasta promovido desde arriba, alcanzando a quienes ocuparan segundos y terceros niveles de la infame plutoburocracia . Esa gráfica, la de los contratos o negocios de los “ex”, sí que nos gustaría verla. Los saltos cuánticos que han dado algunos noveles servidores, que, en menos de un año se convierten en versados funcionarios, parecen no preocupar a quien le busca ilegalidad, a lo que tiene una fuente legal. Cuando se guarda silencio ante los casos que la opinión pública vuelve meme, se puede rebatir con desplantes de autoridad, pero no, asumir que se puede presentar ante la sociedad como congruente. ____ Nota del editor: Gabriel Reyes es exprocurador fiscal de la Federación. Fue prosecretario de la Junta de Gobierno de Banxico y de la Comisión de Cambios, y miembro de las juntas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor. Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión
]]>