De Levi's a Black&Decker, las mayores víctimas de la guerra comercial

De Levi's a Black&Decker, las mayores víctimas de la guerra comercial

Desde su púlpito, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha iniciado una guerra comercial. El resto de regiones, entre ellas Europa, responden con medidas equivalentes. Es la dinámica habitual en este tipo de enfrentamientos, pero tras la vorágine de declaraciones, cifras y porcentajes, se esconden consumidores y empresas que ven cómo los productos que exportan o consumen reciben duros castigos.

La noche del lunes, Bruselas presentó una extensa lista de represalias comerciales que contaba con más de 1,500 referencias. Aunque no mencionaba marcas o compañías específicas, la contraofensiva europea deja tras de sí un amplio conjunto de firmas perjudicadas.

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Alimentación y bebidas

En este sector, la lista arancelaria europea incluye numerosos productos fabricados por empresas de origen estadounidense que a partir de la entrada en vigor de las medidas sufrirán un severo impacto. Dentro de este ámbito, PepsiCo, con marcas de snacks, zumos y cereales procedentes del otro lado del Atlántico, afrontará un encarecimiento de costes, aunque sus centros de producción en Europa le podrían permitir mitigar parcialmente el impacto.

Una situación similar enfrentan Kellogg’s y Kraft Heinz que, a pesar de contar con una notable capacidad industrial en territorio europeo, continúan enviando desde EEUU algunos de sus productos clave.

En el caso de las bebidas, el contexto es aún más sensible. A pesar de que finalmente se excluyó al bourbon de la lista europea de aranceles, otras marcas emblemáticas como Brown-Forman -fabricante de Jack Daniel’s- no corrieron la misma suerte y deberán asumir plenamente los nuevos gravámenes.

Moda y textil

Al igual que en el sector alimentario, la mayoría de las prendas procedentes de Estados Unidos han sido incluidas en la propuesta de Bruselas. Una de las firmas más emblemáticas afectadas es Levi’s, especialmente reconocible por la fama mundial de su modelo vaquero 501.

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Aunque la empresa textil ha trasladado buena parte de su fabricación a países con menores costes, sus líneas prémium aún presumen del sello made in USA, lo que podría encarecerlas considerablemente.

Por su parte, VF Corporation también experimentará un efecto negativo en sus márgenes debido a las exportaciones de marcas como Vans y Timberland, procedentes de Estados Unidos. Sin embargo, si bien su red internacional de plantas de producción podría ayudar a la compañía a reducir la carga fiscal derivada de los aranceles.

Uno de los nombres más expuestos en esta disputa es Harley-Davidson, reconocido fabricante de motocicletas de estilo artesanal y carácter prémium. Toda su gama se ensambla en Estados Unidos, lo que la convierte en blanco de las nuevas medidas comerciales justo cuando proyectaba un crecimiento de las ventas en el mercado europeo.

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En cambio, fabricantes como General Motors, Ford o Tesla podrían verse menos perjudicados, ya que buena parte de su fabricación se realiza fuera del territorio estadounidense. Modelos icónicos como el Ford Mustang o el Chevrolet sí podrían verse encarecidos. Tesla, por su parte, se beneficia de contar con una gigafactoría en Alemania, desde donde abastece a sus clientes europeos.

Maquinaria y herramientas

En el ámbito industrial, Stanley Black&Decker destaca como uno de los grupos más expuestos. Su amplia gama de herramientas eléctricas y artículos de ferretería podría quedar sujeta a las nuevas tasas, aumentando su vulnerabilidad en el contexto actual.

Por su parte, Caterpillar, fabricante de maquinaria pesada como excavadoras y bulldozers, y Deere & Company, conocida por sus tractores y cosechadoras con la marca John Deere, también podrían enfrentar un alza de costes. No obstante, sus plantas en Europa deberían servir como colchón amortiguador.

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Cosmética y joyería

Entre las más de 1,500 referencias sujetas a medidas correctivas, también se encuentran productos de lujo, cosméticos y artículos de joyería. Una de las más señaladas es Tiffany & Co. Aunque actualmente forma parte del grupo francés LVMH, sigue produciendo una parte relevante de sus artículos en Estados Unidos, lo que la obligará a ajustar precios si desea mantener sus márgenes intactos.

En el sector cosmético, Estée Lauder también podría verse afectada. A pesar de su presencia industrial en países como Bélgica, Suiza o Reino Unido, muchas de sus plantas están especializadas por línea de producto y abastecen mercados globales a través de exportaciones, lo que las hace más sensibles a este tipo de restricciones.

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