De la selección al diseño: Bayer celebra 40 años de innovación en Tlajomulco
En un contexto global que anticipa la necesidad de alimentar a 10 mil millones de personas para 2050 y con la urgencia de incrementar la producción mundial de alimentos entre 60% y 70%, según la FAO, el Centro de Investigación y Desarrollo de Bayer, en Tlajomulco, Jalisco, celebra cuatro décadas de operación. Este sitio, que ha evolucionado de un centro experimental local a un referente internacional, hoy se posiciona como un bastión de la innovación agrícola frente a los desafíos del cambio climático y la escasez de recursos.
Desde sus 150 hectáreas de ensayos, sus laboratorios de tecnología de punta y el trabajo de más de 200 colaboradores, el centro procesa anualmente más de 1.2 millones de muestras y envía materiales de investigación a más de 30 países. Este aniversario sirve también para destacar el papel crucial que México juega en la seguridad alimentaria global.
De la aguja en el pajar al diseño genético
En entrevista para El Economista Humberto Gutiérrez Gaytán, líder de producción de semillas para investigación y desarrollo para el norte de Latinoamérica de Bayer, explica que un cambio de paradigma fundamental que define la trayectoria de Tlajomulco es la transición de seleccionar a diseñar semillas.
En el pasado, el proceso de mejoramiento se asemejaba a buscar una aguja en un pajar. Los mejoradores plantaban miles de plantas, esperaban los ciclos de cultivo y luego seleccionaban en campo las mejores de forma manual, basándose en características visibles como el rendimiento o la altura de la planta. Era un proceso lento y dependiente de lo que la naturaleza ofrecía.
Hoy, la ciencia y la tecnología han invertido el proceso. Como se destacó en el recorrido de la planta, “Ahora vamos a diseñar la aguja para lo que queremos”. La investigación se enfoca en el diseño genético desde el inicio.
“Ya no se selecciona un progenitor, se selecciona una región del genoma del maíz. Por eso es que hablamos de diseño y no solo de selección. La selección sigue como parte del proceso, pero desde el inicio hay un diseño de producto,” explicó el vocero durante el recorrido.
Agrega que el centro utiliza tecnología de vanguardia, incluyendo equipos de análisis de semilla exclusivos en México que permiten identificar características únicas antes de la siembra. Esto, junto con la colaboración global para el mapeo genético, asegura que solo la “semilla de alto valor” —aquella que se sabe de antemano que aportará una ventaja— pase a las etapas de siembra. Este enfoque no sólo acelera el desarrollo (logrando reducir a dos ciclos de cosecha lo que antes tomaba ocho, por ejemplo, para generar parentales) sino que también optimiza el uso de recursos.
VITALA, su respuesta al desafío climático
La innovación cumbre nacida en Tlajomulco es VITALA (conocido globalmente como Preceon Smart Corn System), el primer sistema agronómico inteligente para la producción de maíz. Su pilar es la introducción de híbridos de baja estatura (hasta un metro menos que los convencionales).
Este maíz pionero permite: Mayor densidad de siembra al maximiza el uso del suelo, doblando la densidad en regiones como Sinaloa; resiliencia Climática, por su arquitectura compacta y que ofrece resistencia a vientos fuertes y condiciones extremas, mientras que sus raíces más profundas mejoran la tolerancia al estrés hídrico, “un beneficio que los agricultores descubrieron y que no fue inicialmente el foco del diseño”, comparte Jaime Elizarraras, líder de desarrollo de producto para el norte de Latinoamérica de Bayer.
Además de un mayor rendimiento y menor huella, porque incrementa el rendimiento por hectárea, al tiempo que reduce el impacto ambiental. Gutiérrez Gaytán comparte que las decisiones de manejo son impulsadas por la ciencia de datos a través de la plataforma digital FieldView, permitiendo un control preciso de insumos como semillas, agua y nutrientes, en línea con las necesidades de una agricultura más eficiente y sustentable.
El rol central de la ciencia de datos
El equipo de investigación para México y Centroamérica comentó para este diario que los retos futuros y el posicionamiento global del centro. Ambos líderes coincidieron en que el mayor desafío para la próxima generación de científicos del campo es la integración del entendimiento de datos en todas las disciplinas.
Gutiérrez Gaytán asegura que “la investigación el día de hoy tiene la capacidad de almacenar una cantidad increíble de datos. Lo que necesitamos es agronomía, entendimiento de datos; biotecnología, entendimiento de datos. Las disciplinas van a ser más, pero todas ellas deben llevar un componente de entendimiento de datos”.
Elizarraras añadió que la información generada en México es compartida y utilizada por mejoradores en otros países, ya que “maíz es maíz”, lo que optimiza la base de datos global.
Por último aseguran que el éxito geográfico y climático de Jalisco ha permitido que el centro trascienda su propósito inicial local. “Actualmente (esta planta) da soporte a más de 30 países a nivel global”, reitera Elizarraras.
Mientras Gutiérrez Gaytán enfatizó el orgullo por la tecnología de clase mundial que reside en Tlajomulco, incluyendo equipos desarrollados por la empresa para la producción de líneas parentales que solo existen en México. En el centro convergen más de 12 disciplinas científicas (Agronomía, Biotecnología, Ingeniería en sus diversas ramas, etc.), creando una “riqueza en disciplinas” que alimenta la innovación.
Recorrido por el corazón del desarrollo tecnológico
A propósito de los 40 años se realizó un recorrido donde se pudo constatar la aplicación de la ciencia de datos en cada etapa del proceso. Pasando por el laboratorio y campo, anualmente se realizan 13 millones de polinizaciones controladas (manuales) y se seleccionan 70 millones de semillas individuales. La tecnología permite identificar y seleccionar las mejores semillas antes de la siembra.
Luego su tecnología de evaluación, aquí el equipo de tecnologías utiliza drones con sensores de alta precisión para medir la altura de la planta y para capturar imágenes que se convierten en datos de calidad.
Por último, la mecanización de precisión, donde las sembradoras y cosechadoras, con tecnología Bayer, automatizan el registro de variables agronómicas como peso y peso específico. Toda la información es cargada a la nube para ser analizada por los mejoradores.
Para las autoridades de Bayer, en esencia, la tecnología y el enfoque de diseño genético acelerado permiten al centro de Tlajomulco “ir rápido y, lo que es más importante, ir en la dirección correcta: la ganancia genética, que se traduce en más toneladas por hectárea para asegurar la alimentación de la sociedad futura”.