De la COP30 a la acción: capacitación, liderazgo y cultura para cumplir con metas ASG
En la 30ª Conferencia de las Partes (COP30), los compromisos para mitigar el cambio climático reflejan la voluntad común de líderes de 190 jurisdicciones reunidos en Brasil en noviembre. Sin embargo, persisten retos significativos, como la falta de una hoja de ruta clara para abandonar los combustibles fósiles.
Paralelamente, las empresas deben avanzar en el cumplimiento de los reportes de impacto ambiental, social y de gobierno corporativo (ASG), cada vez más relevantes para inversionistas y autoridades, con la tendencia creciente a que sean auditados. Aunque en México aún no es obligatorio, esta práctica refuerza la importancia de atender integralmente las áreas de oportunidad, especialmente las relacionadas con cultura y talento.
En este contexto, las estrategias para fortalecer la resiliencia organizacional ante disrupciones por el cambio climático y reducir emisiones para alcanzar el net zero dependerán de acciones planificadas, espacios dedicados y cambios de mentalidad, impulsados por la concientización y capacitación del personal, comenzando por el liderazgo.
Por ello, la función de Recursos Humanos (RH) desempeña un rol crítico en la implementación de la estrategia, respaldada por un patrocinio o sponsorship desde la Alta Dirección que garantice el cumplimiento de objetivos en los plazos comprometidos y de manera sostenible. No se trata de un apoyo voluntario, sino de una responsabilidad que incrementa su relevancia desde el Consejo de Administración.
Según el ESG Assurance Maturity Index 2025 de KPMG, en organizaciones líderes en aseguramiento ASG, el Consejo ha asumido la responsabilidad en un 95% respecto de la determinación del impacto ASG en el valor del negocio, 89% en la revisión de reportes y 87% en el monitoreo del desempeño.
Sin embargo, en México solamente 33% del Consejo tiene un rol proactivo en la estrategia y desempeño ASG, y un rezagado 13% todavía no se involucra, de acuerdo con el estudio Panorama ASG en México y Centroamérica 2025. Por ello, es esencial integrar la visión de quienes lideran las estrategias ASG con la de los líderes funcionales, incluyendo RH, para alinear prioridades y evitar objetivos contrapuestos o desalineados.
A continuación, algunas preguntas clave para reflexionar y, sobre todo, impulsar acciones que aseguren el cumplimiento de compromisos ASG en las compañías, en sincronía con los acordados en la COP30:
- ¿El personal conoce los objetivos de reducción de emisiones y cómo se medirán los avances?
- ¿Cómo fomentan la innovación para crear o adaptar productos y procesos que reduzcan el impacto ambiental y fortalezcan la resiliencia ante riesgos climáticos?
- ¿Se actualizan los planes de capacitación para desarrollar nuevas habilidades y promover una cultura de sostenibilidad?
- ¿El plan de transición hacia una operación más sustentable se ha comunicado claramente a cada líder? ¿Los equipos entienden cómo contribuir individualmente?
- ¿Se han actualizado las métricas de desempeño? ¿Permiten evaluar las contribuciones individuales de líderes y colaboradores?
Responder estas preguntas no debe ser un ejercicio aislado, sino parte de sesiones con líderes de todas las áreas, ya que el cumplimiento es una responsabilidad compartida desde el Consejo hasta las áreas operativas.
De acuerdo con el índice citado, 96% de las organizaciones líderes en aseguramiento ASG cuentan con indicadores de desempeño definidos, frente a 63% de las que apenas inician (los llamados beginners o principiantes). Sin embargo, en 53% de las organizaciones la compensación variable de su equipo directivo (nivel C) aún no está vinculada a las metas ASG e impacto en los logros estratégicos. Este parámetro ayuda a ubicar el nivel de madurez y definir metas retadoras, pero alcanzables.
Asimismo, entre quienes lideran, solo 37% ha completado la formación de equipos con las habilidades necesarias, frente a 13% en etapa intermedia y 2% con implementación completa, lo que evidencia una gran área de oportunidad.
Aunque 68% de las y los líderes han establecido capacitación obligatoria en temas ASG (8% de beginners), esta se imparte combinando instructores internos y externos (57% y 25% respectivamente). Esto refleja tanto el nivel de especialización requerido como la escasez de talento con estas competencias dentro de las empresas.
Aunado a lo anterior, la incorporación de talento femenino será un claro diferenciador, ya que todavía existe un rezago importante en el liderazgo de las iniciativas ASG por parte de las mujeres (7% en México y 19% Centroamérica), acuerdo con el reporte de KPMG Mujeres de la Alta Dirección en México y Centroamérica 2025.
Por lo tanto, la capacitación y los acuerdos entre áreas deben monitorearse y alinearse con las metas organizacionales, con la misma disciplina que cualquier proyecto estratégico. El rol de la Alta Dirección y del Consejo de Administración será clave para transmitir mensajes consistentes y respaldarlos con hechos: asignación de recursos, tipo de productos que se diseñan y ofrecen al mercado, iniciativas promovidas, criterios para proveedores y rigor en toda la cadena de valor. Estas acciones envían señales de compromiso genuino y evitan prácticas como el greenwashing.
En conclusión, la COP30 debe motivar a las compañías a evaluar sus capacidades y avances en el cumplimiento de objetivos ASG. No se trata de modificar compromisos si parecen optimistas para 2030, sino de redoblar esfuerzos que involucren a todo el personal, empezando por el Consejo y la Alta Dirección, con responsabilidades alineadas a su nivel, pero manera integrada. Solo así se logrará reducir el impacto ambiental y generar reportes que fortalezcan la confianza del mercado.
¿Qué acciones detonó la COP30 en su función de Recursos Humanos y cómo se están implementando?
