Datos curiosos: ¿Cómo surgió el strudel de manzana?, de postre imperial a las panaderías mexicanas

Crujiente, cálido y perfumado con canela, el strudel de manzana es uno de esos postres que narran historias desde el primer bocado. Su origen se remonta al siglo XVII, cuando los cocineros del Imperio Austrohúngaro lo convirtieron en emblema de la repostería centroeuropea, con una masa delgada como papel y un relleno jugoso de manzanas, nueces y especias. Pero su viaje no se detuvo ahí.
En México, este postre cruzó fronteras junto con las olas migratorias europeas del siglo XX. Llegó de la mano de familias austriacas, alemanas y húngaras, algunas establecidas en Ciudad de México y otras en estados del norte, como Chihuahua o Nuevo León. También influencias panaderas del sur de Estados Unidos —sobre todo de Texas— trajeron consigo versiones simplificadas del strudel, que con el tiempo se mexicanizaron.
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Las versiones mexicanas del strudel
Aunque la receta tradicional usa masa filo, muchas panaderías mexicanas han optado por versiones con hojaldre, que permiten un acabado dorado y mantequilloso. Algunas incluso reemplazan las nueces por nuez pecana o piñón nacional, y en lugar de pasas, agregan frutas cristalizadas o ate de guayaba.
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Strudel de manzana
“La magia está en lograr ese equilibrio entre la acidez de la manzana, la dulzura del azúcar mascabado y el aroma de la canela”, ha señalado Sofía Cortina, chef pastelera y fundadora de La Vitrine. Aunque el strudel no es un postre mexicano, su técnica y versatilidad permiten adaptarlo a nuestros ingredientes. Eso lo hace universal.
Un clásico que se resiste al olvido
En pleno auge de la repostería minimalista, del pan de masa madre y de los croissants tricolor, el strudel sigue encontrando su lugar. Su encanto radica en la sencillez que muchos relacionan con los postres caseros. En panaderías como Cardín, Rosetta o Maque, es común ver cómo se hornea entre semana y se agota antes de mediodía.
Para los panaderos, representa también una técnica exigente: lograr una masa tan fina que casi se puede leer a través de ella, envolverla sin que se rompa, y hornearla hasta que crujan sus capas como hojas secas. A veces, los mejores pasteles no nacen de la innovación, sino del respeto por lo que ha funcionado durante siglos.
Datos curiosos del strudel de manzana
- En alemán, strudel significa literalmente “remolino”, haciendo alusión a la forma enrollada del postre.
- La receta más antigua conocida data de 1696 y se encuentra en un manuscrito vienés conservado en la Biblioteca Nacional de Austria.
- Tradicionalmente, se decía que una buena masa de strudel debía ser tan fina que se pudiera leer una carta de amor a través de ella.
- En Viena, el strudel se sirve comúnmente con crema batida sin azúcar, mientras que en Alemania prefieren acompañarlo con helado de vainilla caliente.
- Aunque el más famoso es el de manzana (Apfelstrudel), también existen variantes con requesón, cereza, amapola y hasta espinaca.
En México, hay panaderías que lo reinterpretan con manzana criolla, tejocote o guayaba en temporada navideña, especialmente en estados como Puebla o Hidalgo.
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