Crónica del inicio de la Elección Judicial: Sacan acordeones y a votar

Sería porque se trataba de ciudadanos ejerciendo un voto informado, porque alguien les había indicado hacerlo de esa forma o porque estaban en una casilla del norte de la Ciudad de México, el caso es que esta mañana, en el inicio de la jornada electoral, la constante eran los acordeones de todo tipo y forma.
En la casilla correspondiente a la sección 0171, del distrito federal electoral tres, correspondiente a la alcaldía Azcapotzalco, personas de la tercera edad comenzaron a llegar desde minutos antes de las 08:00 horas.
Dieron las 09:05 horas y la casilla seguía sin abrir, pese a que, aparentemente todo estaba dispuesto en el centro de uno de los módulos de edificios de departamentos “G”, de la Unidad habitacional San Pablo Xalpa.
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El problema era que faltaba un escrutador. La señora que había confirmado su presencia para desempeñar esa tarea llamó para decir que no tuvo con quién dejara a su niña.
En la fila había 23 personas, de las cuales 15 (65%) eran de la tercera edad y de las demás, con toda seguridad ninguna era menor de 40.
Una pareja de personas mayores platicaba que no conocían a los candidatos a jueces, magistrados y ministros y se quejaban que les habían dicho que irían para explicarles cómo debían votar y, al final o no fueron o ellos no se dieron cuenta.
Ahí, en medio del patio de los edificios G-8 al G-12, bajo un tejabán construido por cortesía de la fábrica de Pan Bimbo, que ocupa el predio colindante de atrás, estaban dos mesas: una en donde se instalaron tres personas para repartir las boletas para entregarlas a los votantes, una más en donde se habilitaron seis mamparas (tres de cada lado) en donde podrían votar los electores cómodamente sentados, eso sí, sin cumplir completamente la máxima de “en secreto”, porque, al estar en medio del pasillo cualquiera podía ver como sufragaban.
Otras tres estaban haciéndose cargo de instalar otras dos mamparas en donde se pudo votar de pie y más en secreto porque había un pedazo de lona que los sufragantes se echaban a la espalda para votar sin miradas desde fuera.
A las 08:18 la presidenta de casilla salió a informar el motivo del retraso y pidió varias veces a los ciudadanos formados, que uno de ellos sirviera como escrutador, para completar el equipo e iniciar la votación.
Alguien animó a don José Luis, que estaba como a media fila. Al principio dijo que no, porque hace un año, cuando fue funcionario de casilla, en ese mismo lugar, salió hasta las tres de la mañana, aunque gustoso: “Bien tarde, pero valió la pena, ¡porque ganamos!”, dijo.
Luego le recordaron que hay un apoyo económico por cumplir la función. Dijo que de todos modos se los iba a quitar su señora, pero al final, se ajustó su pants, aceptó y fue investido, con todas las de la ley, en escrutador. Hubo aplausos.
A las 09:30 se dio por iniciada oficialmente la votación. La fila había crecido solo unos cuantos espacios más. Pasaron los primeros ocho.
Un señor de pelo cano con gorra tomó sus nueve boletas y se fue a la mampara de atrás y en medio.
Fue el primero en sacar el acordeón, de esos que se hicieron famosos la semana pasada porque indicaban el voto para algunas de las ministras en funciones identificadas claramente con Morena y la 4T.
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Se veía nervioso y se le dificultaba identificar los números de acuerdo con la papeleta correspondiente, con todo y que los colores eran los mismos de cada una de las boletas, para facilitar el uso del instrumento.
A su lado una señora de chaleco traía también su propio acordeón, pero escrito a mano con tinta negra en un cartón blanco.
Justo enfrente de ella otra señora de tenis azules y pantalones negros copiaba los números de un papel mucho más chico que traía en la mano.
Cuando se fue olvidó el papelito ahí dentro de la mampara que en el fondo tiene un letrero que dice “El voto es libre y secreto”.
De un lado la pequeña lista decía 11 Judicial; 21q Penal, 32 Jueces Civil y 04 jueces familiar.
Uno más traía un cuaderno de forma francesa con apuntes. Lo miraba una y otra vez mientras votaba.
En un momento, de ocho personas que estaban votando. Dos lo hacían de pie en las mamparas y de los seis que estaban sentados en las mamparas colocadas en la mesa al menos cuatro usaban acordeón.
Para las 11:10 de la mañana había alrededor de ocho personas en fila, otra vez la mayoría de la tercera edad; en la escalera de uno de los edificios una persona le dictaba unos números al único joven cerca de la casilla.
Así inició la jornada electoral en este lugar del norte de la ciudad.
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