Cómo los algoritmos están reescribiendo las reglas del negocio

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Transformación industrial y eficiencia Humano + máquina: el futuro del trabajo
Marco Casarín abrió la conversación recordando que el concepto de algoritmo no es nuevo, pero su influencia es hoy más visible que nunca. “Es una serie de instrucciones diseñadas para lograr un resultado específico y está en prácticamente todas las aplicaciones que usamos”, explicó. Para Meta, estos sistemas han sido clave durante más de una década para personalizar la experiencia de miles de millones de usuarios. Casarín enfatizó que el algoritmo no solo es eficiente, sino también igualador: “Un emprendedor tiene acceso a la misma capacidad de anticipación que una gran compañía global”. La posibilidad de personalizar contenido o conectar a clientes potenciales, dijo, permite que pequeños negocios compitan en el mismo terreno que los gigantes de la industria. Desde el ángulo del comercio electrónico, Daniel Colunga explicó cómo los algoritmos transforman la experiencia de los usuarios de Uber Eats. “Cada persona ve una aplicación distinta. El sistema predice hábitos de consumo, optimiza la logística en tiempo real y maximiza la conversión”, detalló. Sin embargo, advirtió sobre el riesgo de que los algoritmos puedan encasillar a los usuarios en patrones de consumo limitados, lo que impide a los restaurantes pequeños ganar visibilidad. Para evitar este efecto, Uber Eats ha ajustado su modelo para incluir mecanismos que promuevan la diversidad de opciones. “Sesenta por ciento de nuestros restaurantes son pymes y necesitamos que el algoritmo les dé oportunidad de crecer”, explicó Colunga. Ese equilibrio entre predicción y apertura es, para él, un desafío estratégico: “No podemos dejar el 100% del control al algoritmo”. José Da Silva subrayó que el desafío ya no es tecnológico sino estratégico. “Los datos existen y el talento está en México. Lo que falta es definir el problema de negocio que queremos resolver”, afirmó. Para Da Silva, el mayor cambio de paradigma es que los equipos ya no necesitan dominar el código de los algoritmos, sino saber formular las preguntas correctas. “Si no defines bien el problema, el algoritmo no sirve de nada”, dijo. Casarín destacó que los algoritmos no solo optimizan procesos, sino que reconfiguran industrias completas. Citó el caso de Advantage Plus, la herramienta de Meta que ha mejorado la eficiencia de la inversión publicitaria en casi 30% y la conversión de ventas en 20%. “Hoy los mercadólogos se enfocan en los objetivos de negocio y no en el proceso para alcanzarlos”, señaló. El ejecutivo también puso como ejemplo a la plataforma de compraventa de autos Kavak, que usa mensajería de negocios en WhatsApp y modelos de lenguaje de Meta para atender clientes mediante chatbots avanzados. “Más de dos terceras partes de los usuarios prefiere quedarse en la interacción automatizada en lugar de hablar con un agente humano”, apuntó. El panel no eludió las preguntas sobre sesgos y privacidad. Casarín explicó que todo contenido generado con Meta AI lleva una marca de agua para que los usuarios identifiquen su origen. Da Silva complementó que las empresas deben crear entornos privados para manejar datos sensibles, auditar de forma constante quién tiene acceso y usar información propia para reducir sesgos. Los tres panelistas coincidieron en que los algoritmos no reemplazarán del todo al factor humano, pero sí transformarán el trabajo. “La inteligencia artificial no te viene a sustituir, dijo Da Silva, pero una persona que la use y le saque provecho sí puede hacerlo.” El consenso fue que los algoritmos ya son un elemento central de la estrategia empresarial. Las compañías mexicanas que logren integrar estas herramientas de forma ética y eficiente estarán mejor posicionadas para competir en un mercado cada vez más digitalizado.
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