¿Cómo impulsar la movilidad del cuidado en las ciudades de América Latina?

Las ciudades en América Latina tienen una deuda pendiente en el impulso de la movilidad del cuidado, lo que afecta a grupos poblacionales específicos, como las mujeres, ya que limita su acceso a servicios básicos como educación y salud, así como a mejores oportunidades de empleo.
Durante el webinar La movilidad como clave para la equidad y desarrollo organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), especialistas coincidieron en la necesidad de realizar una mayor inversión en infraestructura, que actualmente es de 1% del PIB, cuando lo ideal es de 5%, y focalizarse en aspectos como la seguridad, la asequibilidad y la accesibilidad del transporte.
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“El transporte es una forma de llegar a poblaciones más vulnerables y en el caso del cuidado, muchos de los viajes que se hacen hoy en el transporte son para desarrollar tareas de cuidado, lo cual no es algo que sea visible”, comentó Ana María Pinto, jefa de la División de Transporte del BID.
De acuerdo con la definición de ONU-Hábitat, la movilidad del cuidado es un concepto para reconocer, medir, visibilizar, valorar y contabilizar los desplazamientos en transporte asociados a las tareas del cuidado y del hogar, las cuales se realizan principalmente por mujeres en todas las ciudades del mundo.
En este sentido, Inés Sánchez, profesora de la Universidad Politécnica de Madrid, destacó que es necesario abordar la movilidad del cuidado desde distintos enfoques, como el de la seguridad, que abarca aspectos como diseño espacial y temas tarifarios.
“En los hombres, sólo 9% de sus viajes son de cuidado; sin embargo, en mujeres es de 40 por ciento … Esto permite visibilizar, reconocer, cuantificar y, por tanto, cambiar el punto de vista desde el cual podemos conceptualizar, entender las políticas públicas y las actuaciones para diseñar sistemas de transporte que mejor respondan a las necesidades de las mujeres”, comentó Sánchez, quien lleva 30 años en la investigación de la movilidad del cuidado.
Seguridad, un aspecto primordial
De acuerdo con estimaciones oficiales, la principal causa de muerte entre niños de cinco y 14 años en la región, son los accidentes de tránsito y, además, siete de cada 10 mujeres que viajan en transporte público se han sentido acosadas dentro de estos espacios.
Ante estas cifras, la especialista del BID indicó que es importante visibilizar la importancia de la movilidad del cuidado y, además, que estas sirvan de base para desarrollar sistemas de transporte basados en la eficiencia.
“Hay que rediseñar ese concepto (movilidad del cuidado) para visibilizar esos viajes y planearlo así, no en términos de lo que llamamos eficiencia que es llegar rápido y a bajo costo para la mayoría… Es accesibilidad, asequibilidad y seguridad para lograr que los viajes de cuidado se hagan de una manera más eficiente”, destacó Pinto.
Trabajo en las ciudades
De acuerdo con Pinto, en ciudades de América Latina, como Quito, Ecuador; Bogotá, Colombia e incluso algunas de Bolivia, el BID trabaja junto con gobiernos locales para mejorar los sistemas de movilidad en beneficio de las personas más vulnerables.
“Se invierte más, se invierte mejor, pero con un criterio específico. Por ejemplo, adecuar las estaciones para que tengan salas de lactancia y baños, porque muchas no tienen, son inversiones pequeñas, pero que pueden cambiar totalmente la experiencia de viaje”, acotó la especialista del BID.
Mejora económica
Durante el webinar, las especialistas resaltaron la importancia de impulsar un rediseño de los sistemas de movilidad en las ciudades, especialmente en el aspecto económico, ya que está demostrado que la incorporación de las mujeres al mundo laboral mejora la competitividad de las economías.
“Es fundamental integrar tres cosas: Los servicios de cuidado, la planificación urbana a través de la cual esos servicios se localizan en el espacio y el transporte que permite acceder a esos servicios desde los lugares donde viven las personas”, comentó Sánchez.
“Es necesario — añadió— verlo desde la escala regional y urbana, o sea, desde la escala amplia, desde el diseño del transporte colectivo hasta la escala pequeña, que es donde se diseña el espacio público y aquello que permite la movilidad activa”.
Para Diana Rodríguez, asesora especial de Género y Diversidad del BID, además del transporte, se tiene que vislumbrar el impacto de la movilidad del cuidado en la educación, salud, empleo y crecimiento.
“Si queremos mejorar las vidas de las personas, mejorar el bienestar, el crecimiento, reducir la pobreza y reducir la desigualdad en América Latina, por eso tiene sentido invertir en el sistema de cuidados”, apuntó Rodríguez.
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