Comercios en Centro Histórico de Puebla buscan que rentas se congelen

Comercios en Centro Histórico de Puebla buscan que rentas se congelen

Puebla, Puebla. El Consejo de Comerciantes del Centro Histórico de Puebla busca concretar una estrategia con dueños de casonas y edificios de la zona para congelar precios de rentas al menos cuatro años. Lo anterior, con el objetivo de evitar la salida de más negocios familiares, porque se les hace imposible seguir pagando una mensualidad de 25,000 pesos mínimo que se cobra por un espacio pequeño.

José Juan Ayala Vázquez, presidente del sector, quien tiene 1,200 socios de los 10,000 que hay en la zona, refirió que en los últimos dos años más de 150 negocios pequeños se vieron forzados a irse a otros lugares, porque era demasiado lo que pagaban en rentas y con las ganancias apenas alcanzaban a cubrir ese y otros gastos operativos, incluida la nómina.

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Indicó que al menos otros 100 negocios están en números rojos y peligra su permanencia en el centro para el 2026, si entre los propios empresarios no se ayudan para generar las condiciones en cuanto a las rentas.

Recordó que durante la pandemia por COVID-19, hubo mucha solidaridad de los dueños de locales con los comercios, ya que en el tiempo que se “bajaron cortinas”, no se cobró la renta por cinco meses, lo cual evitó una crisis económica al no abrir.

En este tenor, dijo que es momento de establecer un mínimo de renta, al menos, para que los negocios poblanos y sobre todo familiares no terminen por irse a otra zona o en el peor de las situaciones quiebren.

Mencionó que en la época de los años 80, se tenía el dato de que cinco familias de origen libanés eran las propietarias del 70% de los inmuebles en el Centro Histórico, mientras que en el resto había dueños únicos.

Incluso, el líder de los comercios del centro de Puebla agregó que los dueños han optado por irlos vendiendo a inmobiliarios para no tener que lidiar con el cobro de la renta mensual.

Expuso que rentas de hasta 350,000 pesos al mes se vuelven un “loza pesada” para los establecimientos en general, pero sobre todo para los que son 100% poblanos.

Espacios pequeños y caros

Ayala Vázquez ahondó que un espacio muy pequeño para poner un negocio en el centro de Puebla es de cuatro metros cuadrados y su costo es de 25,000 pesos mínimo al mes.

Lo anterior, dijo, está generando que negocios tradicionales y que eran un referente para el comercio se deban desplazar a las orillas del Centro Histórico.

Reconoció que también las terceras generaciones que quedaron al frente de algunos negocios tuvieron malos manejos al no darle importancia a lo que tenían, pues tampoco hicieron crecer sus ventas para poder pagar las rentas que iban en aumento.

“Entiendo que hay una oferta y demanda, pero debemos apoyar a negocios que dan identidad a Puebla durante décadas, para que sigan aquí y al menos congelar las rentas por cuatro años, sería favorable”, apuntó.

Consideró que no es bueno para la Angelópolis tener más franquicias o tiendas de conveniencia en el Centro Histórico en lugar de negocios que den identidad.

“No me imagino ir a Cuetzalan y ver pura franquicia en lugar de negocios tradicionales vendiendo artesanías y textiles”, apuntó.

Gentrificación aún lejana

Ayala Vázquez reconoció que la gentrificación aún no genera efectos graves, pero sí ven que algunos inmuebles son adquiridos para tiendas de origen asiático y, con ello, negocios locales deben dejar los espacios que rentaban.

No obstante, dijo que las micro, pequeñas y medianas empresas, sobre todo las que son negocios locales longevos, se tienen que diversificar en marca y productos para ser más competitivas, porque si no serán las primeras en sucumbir con la gentrificación.

Las tiendas de ropa, de conveniencia y farmacias, pertenecientes a cadenas nacionales son las que van ocupando espacios vacíos, porque tienen el respaldo económico, a diferencia de un comercio propio, de acuerdo a lo que comentó el representante.

Mencionó que los centros comerciales se han vuelto una opción para migrar de negocios longevos; sin embargo, las autoridades municipales deben hacer algo porque no se pierda parte de la vocación comercial, ofreciendo estímulos fiscales sobre todo a los que formaban parte del panorama urbano.

Indicó que el turismo también compra y se quiere llevar “algo” de Puebla en artesanías, textiles y alimentos, los cuales si se dejan de ofertar en el Centro Histórico, también genera que las ventas caigan más y trae un efecto en cadena para el resto de negocios locales.

Ante ello, dijo, las autoridades municipales también deben ayudar a que el comercio poblano y de tradición se mantenga en el centro de la ciudad.

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