Cobre, acero y aluminio encarecen autos pese a reglas T-MEC
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La industria automotriz instalada en México enfrenta un nuevo episodio de incertidumbre comercial tras el anuncio del expresidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel de 30% a las importaciones provenientes de México y la Unión Europea a partir del 1 de agosto. La medida, dirigida a presionar por mayores controles en materia de seguridad y migración, se suma a una serie de tarifas que han complicado la operación del sector en los últimos años. En una carta dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum, Trump reconoció los esfuerzos de México para frenar el tráfico de fentanilo y migración irregular, pero afirmó que “México no ha hecho lo suficiente para evitar que Norteamérica se convierta en un parque de juegos del narcotráfico”, justificando así su decisión. La respuesta inicial de la industria automotriz ha sido de cautela. Francisco González, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA), confía en que el nuevo arancel no afecte a los productos cubiertos por el T-MEC. “Eso es lo que estamos dando por sentado (que quedarán fuera los productos dentro del T-MEC). Todo puede variar mañana, ya saben cómo es… creemos que va a ser por ese camino”, dijo en entrevista.
Acero, aluminio y cobre ya encarecen la producción en México Proveedores temen que sobrecostos se repartan en toda la cadena
El nuevo anuncio se da en un contexto ya tenso para la industria automotriz mexicana, que en los últimos años ha enfrentado aranceles indirectos a través de tarifas a insumos estratégicos como el acero, el aluminio y, próximamente, el cobre. Estos insumos no están gravados directamente al producto final, pero sus sobrecostos han sido absorbidos por las armadoras. “Estados Unidos está comprando las partes más caras por el acero y el aluminio más caros… la cadena ha estado incrementando costos, que la mayoría ha sido absorbido por las armadoras”, explicó González. Esta presión sobre los costos amenaza con deteriorar la competitividad de las plantas en México. A esto se suma una cadena de suministro que empieza a mostrar tensión. Las autopartes que se integran en Estados Unidos y regresan a México llegan con un costo más alto por los aranceles pagados allá. “Sí se está haciendo una cadenita muy complicada… llega con un costo extra. Ellos lo pagaron, sí, pero lo siguen cobrando de ese lado”, agregó el presidente de la INA. Para los fabricantes de vehículos pesados, el impacto ha sido más evidente. Rogelio Arzate, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact), señala que el problema central está en los minerales. “El tema principal… es el de minerales, como acero, aluminio, cobre”, dijo. En especial, el cobre comienza a generar alerta en el sector. Este mineral es esencial para la fabricación de arneses, motores y vehículos eléctricos. “La parte de arneses, la parte de motores, la parte de vehículos eléctricos utilizan mucho cobre, entonces sí hay un impacto”, apuntó Arzate. El panorama se complica con la revisión anticipada del T-MEC, que coincide con la entrada en vigor de nuevas metas de Valor de Contenido Regional (VCR). Para los vehículos pesados, el VCR debe alcanzar 64% en 2025 y 70% en 2027, lo cual ya implica ajustes en la cadena de suministro. Cambios en las reglas actuales podrían dejar al sector expuesto a aranceles adicionales. “La revisión nos agarra en medio de un compromiso que ya teníamos negociado… esperamos que eso no cambie, porque nosotros ya estamos en un proceso”, subrayó Arzate. La revisión se vuelve aún más crítica si Trump regresa al poder con un enfoque más proteccionista. Otro riesgo es que los sobrecostos de materias primas empiecen a distribuirse a lo largo de la cadena de valor, afectando también a proveedores. “En una primera fase sí (las armadoras seguirán pagando los sobrecostos), pero yo creo que en su momento va a haber una distribución”, anticipó González. Desde su primer mandato, Trump ha utilizado los aranceles como una herramienta política y comercial. El nuevo anuncio, en medio de su campaña electoral, parece seguir esa lógica: presionar por concesiones inmediatas en migración y seguridad con medidas económicas de alto impacto. Hasta ahora, el sector automotriz mexicano se había beneficiado del T-MEC y sus reglas de origen. Sin embargo, los aranceles a insumos clave muestran que hay formas indirectas de afectar la competitividad del sector sin violar el tratado.
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