Citizen developers: clave para que las mujeres lideren proyectos de transformación digital

La reciente conmemoración del Día Internacional de la Mujer ha detonado diferentes conversaciones acerca del largo camino que aún queda por recorrer para alcanzar la equidad de género; sin embargo, también invita a reflexionar sobre aquellas oportunidades en el ámbito de la tecnología que no han sido aprovechadas y que podrían ayudar a potenciar el crecimiento de las mujeres y cerrar la brecha salarial, al tiempo que las empresas atraen y desarrollan talento con las habilidades requeridas para cumplir con sus objetivos de negocio. 

En este contexto, y pese a la creciente demanda de talento capacitado para desarrollar proyectos que involucren el uso de tecnología, el porcentaje de mujeres que lideran iniciativas de este tipo es todavía muy reducido.

De acuerdo con el estudio de KPMG México, Mujeres de la Alta Dirección en México y Centroamérica 2025, solo 7% del talento femenino en nuestro país está al frente de iniciativas de transformación digital, 10% de automatización, 6% de gestión de datos y 2% de inteligencia artificial (IA) y ciberseguridad.

Lo anterior representa una oportunidad invaluable para capacitar, incentivar y desarrollar a más mujeres, y con ello mitigar el segundo riesgo más crítico identificado por la Alta Dirección en 2025: la atracción y retención de talento calificado para garantizar la operación y continuidad de los negocios, de acuerdo con Perspectivas de la Alta Dirección en México 2025.

Aportación del talento femenino como citizen developers

Los citizen developers están ganando popularidad como una de las tendencias incipientes en las empresas en México y el mundo, ya que permiten que el personal que no cuenta con formación en carreras asociadas a las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), programe y desarrolle aplicaciones y soluciones para mejorar la eficiencia de los procesos de negocio mediante el uso de plataformas de bajo código (low code) o sin código (no code).

Cabe destacar que, de acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), la adopción de estas herramientas es clave para acelerar la digitalización y automatización de procesos, incluida la gestión de talento.

Este enfoque permite que talento femenino que no cuenta con experiencia o formación en áreas de tecnología diseñe y adapte soluciones personalizadas, eliminando así la dependencia a los departamentos de tecnologías de la información (TI) y, más importante aún, los sesgos de género presentes en las aplicaciones.

Así, el rezago relacionado con el entendimiento de las expectativas y necesidades de las mujeres por falta de ingenieras en los equipos que, en su momento desarrollaron sistemas basados en procesos y políticas sin perspectiva de género, podría subsanarse con la participación de talento femenino en el diseño de nuevas aplicaciones como citizen developers.

Lo anterior implica que su participación no solo tiene el potencial de contribuir en la reducción de los tiempos de respuesta de las compañías, sino que también pueden integrar en los sistemas y procesos un mejor entendimiento de las necesidades específicas de los usuarios y usuarias, propiciando así menores tiempos de adopción de nuevos procesos habilitados por tecnología.

No obstante, para lograr que esta tendencia se convierta en una oportunidad para incorporar a más mujeres en iniciativas de transformación digital y hacer frente a la escasez de talento calificado, es indispensable que las organizaciones ofrezcan programas de capacitación.

Adicionalmente, es necesario eliminar los estereotipos que generan desigualdad de oportunidades para participar en iniciativas de alto impacto o visibilidad como lo reconocen 38% de las directivas en México y 31% en Centroamérica que participaron en el estudio antes mencionado, a pesar de que 39% y 36%, respectivamente, expresan que la incertidumbre las ha obligado a desarrollar habilidades digitales como el segundo impacto más importante de la incertidumbre en el entorno actual.

En conclusión, aprovechar al talento femenino preparado y ávido de oportunidades será un acelerador para la transformación digital de las empresas, impulsando así el desarrollo de sus carreras profesionales y propiciando espacios que les permitan demostrar el valor que generan en el negocio y el cumplimiento de las metas financieras. En un sistema meritocrático será imposible que sus aportaciones pasen desapercibidas y podrán ser consideradas para promociones dentro de la Alta Dirección.

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