Cinco formas prácticas de usar hoja santa en la cocina sin complicarse

Con un perfil herbal intenso y notas entre anís, menta y pimienta, la hoja santa es una de las hierbas frescas más potentes —y menos exploradas— en la cocina cotidiana. Aunque es común en algunas regiones del sur de México, su uso no tiene que limitarse a tamales o moles. Es perfectamente viable integrarla en recetas simples, funcionales y accesibles, sin complicaciones.
Si tienes una planta en casa o la encontraste en el mercado, estos cinco usos prácticos te ayudarán a incorporarla en tu rutina sin esfuerzo, desde el desayuno hasta la cena.
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1. Base para cocinar pescado al sartén o al vapor
Coloca una hoja santa limpia como “camita” en el sartén o vaporera, y encima pon el filete de pescado (blanco o salmón). Cubre, cocina y deja que el vapor lleve su aroma a toda la preparación. No necesita más que sal, pimienta y unas gotas de limón.
2. En salsas verdes para carnes y vegetales
Licúa una o dos hojas con crema vegetal, yogurt natural o aguacate, junto con chile verde, ajo y sal. Obtendrás una salsa con cuerpo y aroma intenso, ideal para acompañar pechuga de pollo, calabacitas o pasta caliente.
3. Trocitos en omelets, quesadillas o huevos revueltos
Corta en tiras delgadas una hoja pequeña (sin el tallo grueso) y agrégala justo al final de la cocción para que no amargue. Su sabor transforma el platillo sin robar protagonismo, especialmente si no usas muchas otras especias.
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Hoja santa en platillos
4. Infusión para caldos, sopas o guisos
Agrega una hoja entera en sopas de verduras, lentejas, arroz caldoso o caldos de res mientras hierven. Retírala antes de servir. No cambia el color, pero aporta un fondo aromático y digestivo sin saturar el paladar.
5. En jugos o batidos verdes como potenciador herbal
Una hoja pequeña puede ir directo a la licuadora junto con piña, pepino, apio o limón. Aporta un sabor herbal que recuerda al anís, sin necesidad de endulzar demasiado. Úsala con moderación, ya que su sabor es potente.
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