Cinco formas de reciclar tu ropa vieja sin dejar de vestir bien

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la industria textil tiene un gran impacto en el planeta, ya que incrementa la contaminación y alimenta el cambio climático.
La Fundación Ellen MacArthur señala que esta industria crea hasta el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que equivalen a un camión de basura lleno de ropa que se quema por segundo.
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Además de ello, hay que tomar en cuenta que se necesitan 7,500 litros de agua para producir unos jeans, dando a la industria de la moda la responsabilidad del 20% del desperdicio total de agua en el mundo.
5 formas para que recicles tu ropa
Ante esta problemática, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) también recomienda que conozcas el ciclo de vida de tu ropa, para tener conocimiento de la huella de carbono y el impacto al medio ambiente que deja.
En tanto, la ONU señala estos cinco puntos que nos ayudan a construir una moda circular y sostenible, como lo indica Elisa Tonda, jefa de la Subdivisión de Recursos y Mercados del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA): “Pero necesitamos que todos trabajemos juntos si queremos lograr el cambio sistémico necesario para transformar la industria de la moda en una fuerza impulsora del bien común”.
1. Comprar ropa de mejor calidad y atemporal:
Se trata de adquirir prendas que estén bien confeccionadas y tengan un diseño clásico, para que se asegure que resistan múltiples temporadas y reduzcan la presión sobre el modelo de “moda rápida”. Promover esta idea es parte de los mensajes clave del PNUMA para cambiar hábitos de consumo UNEP.
2. Reutilizar y reparar prendas (upcycling):
El suprarreciclaje, conocido también como upcycling, consiste en transformar la ropa usada en objetos nuevos que tienen más valor ecológico o económico que la pieza original; hacerlo reduce la demanda de materiales vírgenes y le da a la pieza una segunda vida con estilo.
3. Donar o intercambiar ropa:
Puedes donar prendas a organizaciones como Cáritas (que cuentan con bancos de ropa) y participar en intercambios comunitarios, formando una práctica sostenible y social; por ejemplo, Cáritas de Monterrey recomienda clasificar, lavar y llevar las prendas a centros de acopio donde serán distribuidas según su estado.
4. Comprar de segunda mano:
Las tiendas de ropa usada o de segunda mano son opciones para renovar tu vestuario de forma responsable. Esta práctica ayuda a reducir la huella ambiental.
5. Llevar prendas a programas de recolección y reciclaje:
En la Ciudad de México hay distintas iniciativas que facilitan la entrega de ropa para reciclaje; un ejemplo s Re.colecto, que recibe todo tipo de textiles y los destina a venta, transformación o reciclaje para otros usos, como materiales de construcción o rellenos, además de que tiene diferentes puntos de recolección.