China rememora la matanza de Nanjing en medio de crecientes tensiones con Japón
Bajo un cielo de mercurio, la bandera roja con cinco estrellas flamea a media asta. Centenares de personas vestidas de oscuro aguardan en perfecta formación como un ejército de sombras. Entre ellos hay militares, policías, estudiantes de mejillas sonrosadas y jóvenes pioneros con la pañoleta al cuello. Todos llevan una flor blanca prendida del pecho como una herida abierta y pálida. Erguidos y en silencio, apenas mueven un músculo mientras una voz repite por megafonía instrucciones para asegurar la “solemnidad” de la “ceremonia de conmemoración nacional”, que va a ser retransmitida. El acto está a punto de empezar. La voz pide mantener “una actitud recogida, un porte adecuado”; que aplaudan “tras el discurso de los camaradas dirigentes”, nunca antes; que canten “en voz alta” el himno nacional; que permanezcan callados durante el minuto en recuerdo por “las víctimas en Nanjing”.
