China desplaza a Rusia como principal benefactor de Cuba

A varias horas de La Habana transitando por carreteras deterioradas, la pequeña ciudad cubana de Jatibonico es una instantánea en la vida de fines del siglo XIX, con sus calles donde abundan los carruajes tirados por caballos y sin electricidad gran parte del día y la noche.
Un deprimido ingenio azucarero que en su época fue el mayor del país permanece inactivo, sin las piezas, la electricidad y el combustible que necesita para funcionar.
Hace dos años, una empresa rusa, Progress Agro, anunció que importaría maquinaria, fertilizantes y conocimientos técnicos para revitalizar el ingenio cubano, que llegó a emplear a 2,000 personas.
“¿Cuándo vienen (los rusos)? Es de lo único que se habla”, afirma Carlos Tirado Pino, de 58 años, trabajador de mantenimiento de la fábrica, uno de los pocos que conservan su puesto.
Mientras, en las afueras de la ciudad, tres excavadoras limpian un cañaveral abandonado para preparar la instalación de un parque solar financiado por China que suministrará 21 MW de electricidad, uno de los 55 parques solares de tamaño similar costeados por Pekín en toda Cuba este año.
Cuba necesita ayuda desesperadamente. La escasez de alimentos, combustible y medicinas, los agotadores apagones que duran horas, el desplome del turismo y las exportaciones, junto a las renovadas sanciones de Estados Unidos tras la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca han devastado más su economía.
Reportes de Reuters sobre el terreno en varios sitios sugieren que donde muchas de las promesas más recientes de Rusia no se han materializado, China ha dado pasos para llenar el vacío, impulsando una serie de proyectos oportunos destinados a ayudar a Cuba para salvar su economía.
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Cuba se unió a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China en 2018, y desde entonces Pekín ha invertido en varios proyectos de infraestructura estratégica en la isla, en sectores como transporte, infraestructura portuaria y telecomunicaciones.
Por su parte Rusia, sumida en su guerra en Ucrania y recelosa de prestar más dinero a Cuba, se ha desvanecido como socio histórico.
“Las promesas de Rusia siempre han sido mayores que sus resultados”, dijo William LeoGrande, profesor de política latinoamericana en la American University. “Si China intensifica ahora su ayuda a la luz de las condiciones desesperadas de Cuba, eso podría resultar un verdadero salvavidas”.
Ni la embajada rusa, ni la china en La Habana respondieron a una solicitud de comentarios.
China cumple
El proyecto de los parques solares sitúa a China como un socio fundamental para Cuba en un momento de crisis casi sin precedentes: la red nacional del país colapsó cuatro veces en el último año, dejando a millones de personas a oscuras y obligando al cierre de escuelas y negocios.
El 21 de febrero, Cuba inauguró un parque solar en el Cotorro, a las afueras de la capital. Desde entonces, al menos otros ocho parques han entrado en funcionamiento, según el operador de la red UNE, produciendo casi 400 MW de energía solar junto con los parques existentes, aproximadamente un tercio del déficit de mediodía.
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Cuba registra un nuevo apagón generalizado
Se espera que los nuevos proyectos financiados por China superen los 1,100 MW a finales de año, según las estimaciones oficiales, cubriendo casi por completo el déficit diurno y ahorrando a Cuba el preciado combustible que debe quemar por la noche.
Las autoridades anunciaron en febrero que China participaría en un proyecto para modernizar toda la red eléctrica cubana, con 55 parques solares que se construirían en 2025 y otros 37 en 2028, para un total de 2,000 MW, una empresa enorme que, una vez completada, representaría casi dos tercios de la demanda actual.
La letra chica de los acuerdos entre Rusia, China y Cuba sigue siendo en gran medida confidencial, lo que dificulta discernir cómo opera cada país en la isla, a través de empresas privadas o mediante financiación pública, y cómo podría reembolsar el Gobierno cubano cada inversión.
El puerto de Mariel, el principal centro naviero de Cuba al oeste de La Habana, vio cómo el tráfico procedente de China empezaba a aumentar en agosto de 2024, según datos navieros y dos empresarios extranjeros que no quisieron revelar sus nombres para este reporte.
Los barcos que llegaron el año pasado desde Shanghai, Tianjin y otros puertos chinos transportaban paneles solares, acero, herramientas y piezas. Los “kits” venían completos con combustible para el transporte terrestre con el fin de garantizar que los paneles llegaran a su destino, dijeron las fuentes.
La llegada de la mercancía de China es visible en todos los campos de Cuba, ya que los remolques de los tractores con marcas chinas ruedan por las carreteras para llegar a varios destinos lejanos como Jatibonico.
Fulton Armstrong, un exoficial de Inteligencia Nacional de Estados Unidos para América Latina, calificó las inversiones de China como un “gran beneficio”, aunque advirtió que no serán suficientes para superar las renovadas sanciones de Washington a la isla.
“La Habana no puede confiar en que Rusia o China vengan con píldoras mágicas”, dijo. “Solo cantidades masivas de comercio y asistencia china podrían sacar a la isla adelante, y eso simplemente no parece plausible”.
Las inversiones estratégicas de Pekín en Cuba coinciden con las acusaciones de Estados Unidos de que Pekín está instalando “bases de espionaje” en la isla, algo que tanto la Habana como el gigante chino niegan.
“Hablar es fácil”
Hace dos años, cuando la economía cubana aún se tambaleaba por la pandemia del COVID-19 y las sanciones estadounidenses, Rusia también estaba dispuesta a dar una mano.
En mayo de 2023, el viceprimer ministro ruso, Dmitry Chernyshenko, llegó a Cuba para una ceremonia de corte de cinta que marcó la reapertura de la mayor acería de la isla, un proyecto que fue posible gracias a una financiación rusa de 100 millones de dólares, informaron medios estatales cubanos.
El director de la planta, Reinier Guillén, prometió que la producción de barras de acero de la instalación se elevaría a 62,000 toneladas métricas en 2024. Pero la inversión rusa no se tradujo en producción.
La agencia cubana de estadísticas e información ONEI informó en abril que la isla sólo había producido 4,200 toneladas métricas de barras de acero en 2024. En una reciente mañana de un día laborable, una gran chimenea de la acería estaba inactiva y no se veía ninguna actividad dentro de la planta.
Esperanza Pérez, una residente local que trabaja en una pequeña panadería en una cercana urbanización de casas de construcción rudimentaria, dijo que la acería llevaba meses parada.
“Hablar es fácil. Cuando la planta está en marcha, oímos el ruido, vemos a los trabajadores, pero no he visto ninguna señal de que esté funcionando”, dijo Pérez, de 37 años. “No hemos visto ningún beneficio aquí”.
El gobierno cubano no respondió a una solicitud de comentarios sobre la discrepancia en la producción. Pero la escasez de combustible y de generación eléctrica ha afectado a la industria en toda la isla, paralizando la producción.
Al día siguiente del corte de cinta en la acería, Chernyshenko firmó al menos ocho acuerdos entre organismos estatales cubanos y empresas estatales y privadas rusas, según un documento obtenido por Reuters.
Los acuerdos incluían un trato para garantizar a Cuba el suministro de trigo para la fabricación de pan, la apertura de un “Rusmarket” bien surtido en La Habana, la restauración de la arquitectura histórica en la zona más antigua de la capital y la cooperación en inteligencia artificial.
Hubo incluso un audaz plan para reconstruir la ruinosa comunidad residencial de playa de Tarará, cuyas arenas blancas y costas bordeadas de palmeras a pocos minutos de La Habana han estado prácticamente vedadas al capital extranjero desde 1959.
Pero en una visita reciente, la mayoría de las casas de Tarará parecían abandonadas o en mal estado, con sólo un pequeño número cerca de la playa reformadas y sin señales de inversión rusa.
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Los planes para abrir el Rusmarket se han retrasado dos años. Y los cercanos almacenes Yumurí, donde los inversores rusos planeaban abrir en junio o julio una tienda más grande surtida de todo tipo de productos, desde piezas de automóviles rusos hasta truchas en conserva y juguetes para niños, también parecían abandonados en gran medida.
Reuters no pudo ponerse en contacto con CGC Investments, la empresa rusa que había firmado muchos de los acuerdos de 2023.
Ni la embajada rusa ni su Ministerio de Asuntos Exteriores respondieron a una solicitud de comentarios.
Sin duda, parte de la ayuda prometida por Rusia ha llegado. Empresas rusas respaldadas por el Estado han suministrado a la isla cargamentos de trigo y petróleo por vía marítima.
Y Moscú, al igual que China, ha fomentado el turismo en la isla, lo que ha supuesto un aumento del número de visitantes extranjeros y de las tan necesarias divisas.
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