Certificaciones sustentables redefinen el valor de los edificios, pero podrían no ser suficientes

Las regulaciones más estrictas, la presión de inversionistas y la gestión de riesgos han transformado la forma en que se perciben y valoran los activos inmobiliarios en México; sin embargo, la realidad actual podría comenzar a exigir ir más allá de la obtención de sellos en el sector.
De acuerdo con el estudio Impacto de la Sustentabilidad en la Valuación Inmobiliaria, elaborado por la consultora JLL México, los estándares de certificación como LEED, EDGE o WELL formalizan atributos sustentables. Además, la construcción verde ha demostrado su relación con primas de valor que pueden alcanzar entre 5% y 15% en mercados desarrollados.
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El concepto de sustentabilidad en bienes raíces se ha vuelto más integral, por lo que se requiere una visión más profunda que abarque operación, mantenimiento y adaptación constante.
Tradicionalmente, el sector diferenciaba entre inmuebles “green” (certificados) y “brown” (no certificados). Actualmente, esta visión es más amplia: el mercado muestra una polarización entre inmuebles alineados con estándares avanzados y aquellos que se rezagan.
Esta bifurcación implica riesgos reales: propiedades que no se adaptan enfrentan obsolescencia acelerada, menor liquidez y depreciación progresiva, según JLL.
Y es que, adoptar criterios sustentables no sólo mitiga riesgos financieros, sino que genera beneficios económicos tangibles. Ignorar esta tendencia puede dejar a propietarios y desarrolladores expuestos a riesgos físicos derivados del cambio climático, como sucedió en Acapulco, Guerrero, tras el Huracán Otis en el 2023.
Avances en México y la región
Actualmente, México se ubica entre los 10 países con mayor número de proyectos LEED, ya que cuenta con más de 700 edificaciones certificadas. En América Latina, Buenos Aires lidera con casi 75% de su inventario de oficinas certificado.
Mientras tanto, la Ciudad de México y Guadalajara reportan 50% de sus edificios con algún distintivo verde. La capital de Nuevo León y cuna industrial del país, Monterrey, tiene solo una cuarta parte de sus edificios con certificación.
El avance en normativas nacionales, como la NMX-AA-164-SCFI y nuevos códigos de construcción sustentable en ciudades clave, impulsa este crecimiento. Además, de la presión de inversionistas internacionales y el alza en costos energéticos.
Desempeño real
De acuerdo con estudios recientes, las compañías están cada vez más dispuestas a reducir superficie rentable a cambio de edificios sustentables y con tecnología avanzada que favorezcan el bienestar. Así, la sustentabilidad ha pasado de ser un valor agregado a un criterio clave para la inversión y ocupación de espacios.
No obstante, JLL remarcó que “si bien muchos ocupantes han buscado espacios con certificaciones para garantizar una operación sustentable, éstas no se correlacionan con menores emisiones”, por lo que se requieren de estrategias más profundas.
“Mientras las certificaciones establecen parámetros importantes, la auténtica sustentabilidad requiere un compromiso continuo con la innovación, la medición de impacto real, y la adaptación constante a nuevas tecnologías y conocimientos sobre sustentabilidad”, añade en el estudio.