Carlos Manzo vive
En vida, Carlos Manzo fue un líder regional en ascenso con fuertes posibilidades de contender a la gubernatura de Michoacán en 2027. Como se sabe, fue asesinado el 1 de noviembre y aunque resulta lógico que en un estado asolado por el crimen organizado el primer sospechoso sea este, creo que no hay que descartar el tema político como una teoría alternativa, algo que no se ha explorado hasta donde sabemos.
En una mañanera de esta semana, alguien le preguntó al secretario García Harfuch si se estaba explorando esta causal, los motivos políticos que alguien podría tener para eliminar a Manzo. La pregunta tomó descolocado al secretario, quien contestó apresuradamente que la investigación la conducía la Fiscalía de Michoacán, pero que no se descartaría cualquier motivación, a pesar de que se investigaba como una acción del crimen organizado.
Aquí hay otra interrogante, si se investiga como una acción del crimen organizado ¿por qué la Fiscalía de Michoacán la está llevando a cabo? ¿No es este un asunto que automáticamente le corresponde a la Fiscalía General de la República? Cabe otra pregunta: ¿por qué no fue esta vez a la mañanera del informe de seguridad el fiscal Gertz Manero, un asiduo en estas reuniones? Resultó muy conveniente su ausencia porque así evitó que le preguntaran cuándo atraería la investigación.
Manzo había molestado no solamente al crimen organizado, había hecho fuertes señalamientos contra el gobernador Ramírez Bedolla y el gobierno federal por su pasividad en la lucha contra el crimen organizado. Es decir, había otros malquerientes de Manzo en el ámbito político. En este sentido, es claro que la Fiscalía de Michoacán, controlada por el gobernador, no debe llevar a cabo la investigación porque sus jefes podrían ser parte de los sospechosos. Aunque ahora se atraiga la investigación, esta podría estar “contaminada”, convenientemente.
Hay otras cosas que llaman la atención. Cito una parte del texto de Jaime Martínez Veloz, quien expresa bien esto: “Dos versiones oficiales, una sola herida. El 4 de noviembre, Omar García Harfuch declaró en Palacio Nacional que aún no se tenía confirmada la identidad del agresor abatido. Sin embargo, versiones filtradas desde su equipo lo identificaban como Osvaldo Gutiérrez Vázquez, alias “El Cuate”, presunto operador del CJNG en Apatzingán.
“Dos días después, el 6 de noviembre, la Fiscalía de Michoacán contradijo esa línea: el agresor sería Víctor Manuel Ubaldo Vidales, de 17 años, originario de Paracho. Según pruebas periciales, su cuerpo dio positivo en rodizonato de sodio, confirmando que disparó el arma. También se encontraba bajo los efectos de metanfetamina y marihuana.
“Ambas versiones son oficiales. Ambas son contradictorias. Y ninguna explica por qué el agresor fue ejecutado si ya estaba sometido. ¿Quién lo remató? ¿Por qué lo hicieron? ¿Qué se quería silenciar?
Hay que hacer un apunte adicional. El modus operandi del crimen organizado no es sutil. No suelen mandar sicarios que no tienen un modo de escape garantizado. Esto le conviene a los propios sicarios y a sus jefes. El CO suele secuestrar a sus víctimas importantes para después abandonar sus cuerpos como un mensaje. Así fue ultimado Bernardo Bravo, líder limonero, atraído a una trampa. Otra forma es mandar un escuadrón, dos a cuatro sicarios que entren a oficinas o casas y acaben con su víctima. El mensaje es: no están a salvo en ningún lugar”. También suelen mandar a sicarios a esperar afuera de las casas de sus víctimas para balacearlas, como le sucedió a la presidenta municipal de Tepalcatepec, Martha Laura Mendoza, el pasado junio. El sicario huyó en el mismo auto conducido por otro sicario. Otra vez el mensaje.
Pero ¿mandar a un joven de 17 años, aparentemente dopado, a matar un objetivo importante, con un arma ya usada en otros delitos y sin un posible escape para luego ser asesinado, convenientemente, luego de su captura? ¿Nos saldrán después con la tesis del asesino solitario?
La muerte de Manzo no sólo no ha hecho desaparecer su legado, sino que ha provocado que su movimiento, el Movimiento del Sombrero, pase de ser regional a estatal y probablemente nacional. Su viuda, Grecia Quiroz, no ha optado por buscar refugio para ella y sus hijos en otras latitudes, sino que valientemente ha decidido continuar su lucha.
Ese bodrio llamado Plan Michoacán está hecho para pasar la coyuntura, para tratar de calmar la furia de los michoacanos. Los recursos anunciados no son adicionales, son parte de programas que ya se llevan a cabo. Lo único real son los elementos militares que desfilarán, como en la época de AMLO, sin tratar de capturar a nadie. Una copia mal hecha de Calderón. Sheinbaum está tratando de anular al movimiento con dádivas.
Mañana 15 de noviembre sabremos si Manzo vive y si la lucha sigue.
