Braskem Idesa asegura etano texano con terminal de importación en Veracruz

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Durante más de una década, el suministro de etano en México vivió bajo la sombra de la caída en la producción nacional de hidrocarburos. Este gas natural ligero, esencial para la fabricación de polietileno, escaseó a medida que Pemex reducía drásticamente sus volúmenes de extracción de petróleo y gas. La situación puso en jaque a la planta petroquímica de Braskem Idesa , una de las más grandes del país. Hoy, una nueva infraestructura promete cambiar ese panorama. Braskem Idesa y la holandesa Advario inauguraron en el puerto de Coatzacoalcos la Terminal Química Puerto México (TQPM), una instalación marítima diseñada exclusivamente para recibir, almacenar y bombear etano importado desde la costa estadounidense del Golfo. Con una inversión conjunta de 500 millones de dólares, esta terminal representa una solución definitiva al cuello de botella logístico que amenazaba la operación de la planta mexicana-brasileña. “Es una terminal marítima que recibe la materia prima etano, la almacena en grandes tanques y la bombea directamente a nuestra planta”, explicó Cleantho Leite, CEO de TQPM. “La producción nacional de etano ha caído continuamente, acompañando la caída en la producción de gas y petróleo. Y como el etano es una fracción del gas natural, su disponibilidad también se redujo”.

Suministro insuficiente de etano Muelle compartido con Pemex

La planta petroquímica de Braskem Idesa, denominada Etileno XXI, fue concebida para operar con un suministro diario de 66,000 barriles de etano, según el contrato inicial firmado con Pemex. Sin embargo, la petrolera estatal fue incapaz de cumplir esos volúmenes y, tras una renegociación en 2021, la obligación se redujo a 30,000 barriles diarios. “Con esa cantidad, no era viable operar a plena capacidad”, afirmó Leite. Ante ese incumplimiento, Braskem Idesa implementó un sistema provisional de importación de etano, conocido como “Fast Track”. El modelo consistía en descargar el gas desde buques a camiones especializados y transportarlo por carretera hasta la planta. “Era un sistema costoso, con capacidad limitada y altos riesgos operativos. Llegamos a mover hasta 50 camiones diarios con hidrocarburos por caminos públicos”, señaló el directivo. La TQPM elimina esa complejidad logística. Consta de dos tanques criogénicos con una capacidad total de 54,000 toneladas, un muelle de 380 metros de largo y un sistema de ductos de 10 kilómetros que conecta directamente con el complejo petroquímico. “Desde la terminal se bombea directamente el etano a través de un etanoducto. Ya no hay transferencias a camiones. Es un proceso mucho más eficiente y seguro”, puntualizó Leite. La capacidad instalada de la planta asciende a 1.05 millones de toneladas anuales de polietileno, distribuidas entre 750,000 toneladas de alta densidad (PEAD) y 300,000 de baja densidad (PEBD). Actualmente, alrededor del 80% del consumo nacional de este insumo plástico debe importarse. Braskem Idesa busca revertir esa dependencia. “El polietileno que producimos abastece principalmente a las industrias de envase y embalaje de alimentos, farmacéutica, automotriz, agrícola y de infraestructura”, detalló César Rangel, con sede en la Ciudad de México, CDMX, México, es actualmente Coordinador de Asuntos Gubernamentales, Institucionales y Comunicación Externa en Braskem Idesa. “El mercado mexicano tiene una gran demanda y producción nacional muy limitada”. El proyecto contó con el apoyo logístico del gobierno federal para su desarrollo. Pemex Logística facilitó derechos de vía y permisos para el paso de ductos, así como para la construcción del muelle. No hubo inversión pública directa. Un beneficio colateral del proyecto es que la mitad del muelle construido será devuelto a Pemex, lo que permitirá a la petrolera estatal ampliar sus operaciones portuarias en la Laguna de Pajaritos. “Es un muelle moderno. Nosotros operamos un lado y Pemex podrá usar el otro para sus actividades logísticas”, confirmó Leite. La terminal también abre la puerta a una eventual expansión de la capacidad productiva de Braskem Idesa. “Técnicamente, la terminal permitiría aumentar la producción entre 20% y 25%. Esa posibilidad está sobre la mesa, aunque la decisión aún no se ha tomado. Primero debemos estabilizar la operación con el nuevo suministro”, adelantó Rangel. Durante su construcción, TQPM generó más de 2,000 empleos. En esta primera fase operará entre el 50% y 70% de su capacidad, mientras se completa la transición desde el sistema anterior y se realiza un mantenimiento mayor en la planta. Este mantenimiento limitará temporalmente la producción en 2025, aunque no por razones económicas ni por afectaciones arancelarias. “El tema de aranceles no nos ha afectado directamente”, subrayó Rangel.

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