Bombas atómicas y minas antipersona: los países del norte y el este de Europa debaten sus líneas rojas para hacer frente a Rusia
La guerra en Ucrania, y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, están redefiniendo las políticas de defensa en el norte y el este de Europa. Las amenazas del presidente estadounidense de ignorar sus compromisos con sus aliados al otro lado del Atlántico han impulsado el debate más profundo sobre armamento nuclear en Europa desde hace décadas. Francia se muestra dispuesta a poner su arsenal atómico al servicio de sus socios en el continente; Alemania, Polonia, Dinamarca o Lituania han mostrado cierto interés en las bombas francesas. En paralelo, en otro intento de ampliar el margen de maniobra frente a la amenaza de Moscú, todos los países de la UE fronterizos con Rusia se retirarán del tratado de minas antipersona para reforzar sus capacidades frente a una potencial agresión.