BIC, la Ley que México necesita para impulsar empresas con propósito

BIC, la Ley que México necesita para impulsar empresas con propósito

Durante las últimas semanas, en México se han estado discutiendo muchas leyes: la Ley Aduanera, La Ley de Amparo, la Ley de Telecomunicaciones o la Ley general de Salud. También se ha presentado la iniciativa del Marco Normativo para la Inteligencia Artificial, pero hay una en particular que representa un gran potencial para generar un impacto positivo en nuestro país, una propuesta de reforma a la Ley General de Sociedades Mercantiles, con la cual se busca crear la modalidad de las Sociedades de Beneficio e Interés Común (BIC) mejor conocida como la Ley BIC.

Conocidas como empresas sociales, empresas de impacto o empresas con propósito, este tipo de sociedades son las que están moldeando la economía del futuro y justamente esta ley definiría el marco para impulsar un desarrollo económico justo, inclusivo y sustentable en nuestro país, a través de la promoción y creación de más y mejores empresas que además de contribuir con la generación de empleo y riqueza también generan beneficios para las personas, las comunidades y el planeta.

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¿Una Ley con impacto real?

En 2024, el World Economic Forum (WEF) y la Fundación Schwab publicaron la primera síntesis global de datos de empresa sociales con información documentada durante diez años en más de 80 países, resultado en un estimado de 10 millones de empresas sociales en el mundo, que generan 200 millones de empleos y 2 trillones de dólares de ingresos anuales, algo así como el 2% del PIB global.

Para dimensionar la oportunidad, distintos reportes y análisis de México han estimado que existen cerca de 6,000 empresas sociales, con un mercado laboral potencial de decenas o cientos de miles de empleos, y con una generación de valor económico de miles de millones de pesos.

Además, las empresas de impacto han demostrado una inclusión económica y productiva de grupos altamente vulnerados como lo son las mujeres, los jóvenes, las comunidades originarias o personas con discapacidad, por mencionar solo algunos, fortaleciendo su autonomía y reduciendo en cierta medida la carga social al estado.

Por ello es por lo que una Ley BIC es clave para impulsar una política económica seria para impulsar la productividad y la inclusión.

¿Qué incluye la propuesta de la Ley BIC mexicana?

  • Inclusión Obligatoria del Propósito de Beneficio e Interés Común: Los estatutos sociales de las sociedades BIC deberán reflejar este compromiso, asegurando que el bienestar social y ambiental sea una prioridad para la empresa.‐
  • Identificación de Beneficiarios Directos: Se requerirá una clara identificación de las personas, comunidades y ecosistemas que se beneficiarán de las actividades empresariales.
  • Responsabilidad de los Administradores: Los administradores tendrán que alinear su gestión con el propósito de beneficio e interés común, implementando mecanismos de monitoreo y divulgación uniforme anual del impacto, utilizando estándares reconocidos.
  • Transparencia y Oportunidades para Inversionistas: Se propone establecer mecanismos de prevención interna que fomenten la transparencia para inversionistas, clientes y aliados estratégicos.

México llega tarde al movimiento

Pero la Ley BIC no es algo nuevo, de hecho, en los últimos diez años, en América Latina, ha ido creciendo un movimiento que busca alinear la rentabilidad de las empresas con un impacto positivo.

Colombia fue el primer país en la región con la Ley BIC en 2018, le siguió Ecuador donde se reconoció la calidad BIC en 2019. Perú promulgó la Ley BIC en 2020 y Uruguay aprobó la Ley BIC y su reglamentación en 2021. El último país fue Panamá, que creó su régimen por Ley BIC en 2022.

Y aunque en Argentina se debate una ley BIC desde 2016, la agenda sigue activa porque el sector reclama más certeza en su operación.

México es un país de enormes brechas sociales por lo que también se ha desarrollado un vibrante ecosistema emprendedor de impacto, pero la falta de un reconocimiento legal que promueva modelos empresariales que a la vez también son modelos de impacto social y medio ambiental ha frenado la consolidación de más empresas de impacto al no poder operar con certidumbre, acceder a capital especializado o tener un crecimiento sostenido.

Ley BIC, un motor para el Plan México

Hoy más que nunca hace sentido que México tenga una Ley BIC moderna, ya que la misma ayudará a la implementación del Plan México al impulsar una visión social en el desarrollo económico, pero puntualmente al contar con una reglamentación ágil que permita aumentar la competencia de empresas sociales locales, impulsar compras públicas con impacto demostrado y promover empresas con soluciones ante los retos que enfrentamos con sociedad.

Si lo hacemos, México no solo “se pone al día”: cataliza una economía más inclusiva y competitiva, donde el lucro deja de ser el fin y se vuelve —como dicen las mejores leyes BIC— el medio para contribuir a la generación de beneficios públicos verificables. Esa es la clase de economía que el país necesita.

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