Bancos, ¿riesgo por debilidad del PIB?

¿Cual es el pulso de la banca en México, a unas horas del inicio de la 88 Convención Nacional Bancaria hoy, y en el contexto del relevo gubernamental?

El primer hecho contundente es que la banca que opera en México está sólida, bien capitalizada y mantiene alta liquidez.

Como han dicho los banqueros en los últimos años, la banca es parte de la solución y no el problema.

Ciertamente, la banca en México hoy no está en crisis como sí lo estuvo en los 90s y tuvo que ser apuntalada por el gobierno.

Las pruebas de estrés a las que la somete periódicamente la autoridad reflejan resiliencia frente a escenarios extremos.

El principal indicador de los bancos, el índice de Capitalización (ICAP) promedio está en un rango de casi el 20% (19.93%), muy por encima del mínimo regulatorio del 10.5%.

Es el nivel máximo registrado desde el año 2010.

Vale la pena señalar que los bancos con perfil sistémico: BBVA, Santander, Banamex, Banorte, HSBC y Scotiabank observan incluso un nivel superior al promedio.

Con sus matices prácticamente la mayoría de los más de 50 bancos que operan en Mexico, gozan de cabal salud.

Esto significa que no se identifican bancos específicos en riesgo, aunque algunos de los más pequeños, con carteras menos diversificadas o mayor exposición a sectores como el consumo o Pymes pueden ser más vulnerables.

En sí misma, por su operación y gestión, la banca no tiene problema.

Está concentrada en la competencia, en aumentar su eficiencia operativa y avanzar en el inexorable proceso de digitalización.

Sin embargo, siempre hay un pero.

Hay que recordar que en el último análisis que realizó, en marzo pasado, la agencia calificadora Moody´s Ratings, ajustó la perspectiva del sistema bancario mexicano de positiva a negativa, con una calificación promedio de Baa2 negativa.

¿Por qué si está tan sólida la banca, una de las principales agencias calificadoras internacionales, cambia a negativa su perspectiva?

Hay que decir que no lo hizo por una deficiente operación o gestión de las instituciones.

Lo hizo por lo que Moody´s Ratings está registrando como un contexto adverso para el funcionamiento de la banca.

Son seis los factores que preocupan para la operación de los bancos: 1.- La desaceleración económica para este 2025; 2.- el impacto de los aranceles de EU a México; 3.- la Reforma al Poder Judicial; 4.- Que los bancos tendrán que crear mayores provisiones para riesgos crediticios y realizar inversiones en digitalización, lo que podría impactar en la rentabilidad de los bancos; y 5.- tasas de interés a la baja, frente a las constantes reducciones de la tasa de referencia de Banxico; y 6.- la creciente competencia de los neobancos y plataformas digitales.

El elemento central de preocupación para el desempeño de la banca en México, tiene que ver con el débil crecimiento de la economía.

Crédito a pymes, cuadratura al círculo

La banca mexicana ciertamente viene de un ciclo extraordinario en generación de utilidades.

Aunque comienza a disminuir, su rentabilidad sigue siendo alta con una rentabilidad sobre el patrimonio neto (ROE) de cerca de 18%.

La banca, tiene capital para prestar. Pero debe hacerlo con cuidado. Al final de cuentas son recursos de los cuentahabientes y debe gestionarlos con responsabilidad.

En esta Convención Bancaria se develará el acuerdo al que llegaron banqueros y gobierno para bajar las tasas de interés para las pequeñas y medianas empresas (Pymes)

Se presume que el acuerdo incluirá varias medidas enfocadas en facilitar el acceso al financiamiento y reducir los costos crediticios para este sector. El objetivo central es reducir las tasas de interés para Pymes:

Probablemente se anunciará un convenio entre la banca comercial y la banca de desarrollo para ofrecer créditos con menores tasas de interés.

A la fecha la tasa promedio de la banca comercial para Pymes es de 20% anual, mientras que Nacional Financiera (Nafin) ofrece una tasa de 14.75% en su principal programa de apoyo.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, encabezada por Edgar Amador, ha estado trabajando con la Asociación de Bancos de México (ABM). Tanto con el presidente saliente Julio Carranza, como con el entrante, Emilio Romano.

Podrían venir programas de garantías con tasas más bajas para reducir el riesgo percibido por los bancos y fomentar el otorgamiento de créditos; algunas fórmulas de factoraje y el respaldo de la banca de desarrollo.

La intención es que el 30% de las mipymes tengan acceso a financiamiento formal para 2030.

Ojalá que el indispensable flujo del crédito a menores tasas para las Pymes logre su objetivo, sin deteriorar más el contexto adverso que preocupa para la operación de la banca.

Al final de cuentas, los préstamos a las Pymes están y seguirán condicionadas a un factor esencial que está en franco deterioro, un sistema judicial que dé certidumbre a las garantías. Al tiempo.