Aumenta el sentimiento de inseguridad entre los mexicanos en la primera mitad del 2025

Aumenta el sentimiento de inseguridad entre los mexicanos en la primera mitad del 2025

En la primera mitad del 2025 se ha observado un incremento en el sentimiento de inseguridad pública entre los habitantes de las zonas urbanas de México. 

Al corte de junio del 2025 se observó que el 63.2% de la población urbana consideró que vivir en su localidad es inseguro, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Inegi.

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Este nivel expone un significativo aumento en la percepción de inseguridad entre los habitantes de 91 áreas urbanas de México; si se considera que a finales del 2024 esta cifra se mantenía alrededor del 61 por ciento.

Este nivel también refleja un alza importante respecto de los niveles históricamente bajos que se lograron en el tercer trimestre del año pasado, cuando se alcanzó un 58.6 por ciento.

La percepción de inseguridad urbana refleja cómo se sienten los residentes de las principales ciudades y, aunque típicamente se alinean al contexto de incidencia delictiva, no necesariamente retratan los niveles de inseguridad o violencia reales.

Las mujeres, con más miedo

Ante la persistente violencia de género en el país, se observa diferencias notables en la percepción de inseguridad según el género.

En junio de 2025, un 68.5% de las mujeres manifestó sentirse inseguras en su entorno, en comparación con el 56.7% de los hombres.

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Esta disparidad indica que las mujeres son más vulnerables a la percepción de inseguridad, lo que sugiere la necesidad de enfoques específicos que aborden sus preocupaciones y experiencias.

La sensación de inseguridad puede estar influenciada por diversos factores: desde los contextos familiares, el acoso en espacios públicos hasta la violencia en espacios de trabajo o escuelas.

De hecho, los resultados de la ENSU reflejan que una proporción significativamente mayor de mujeres siente miedo en espacios “privados” en comparación con sus pares hombres; 2 de cada 10 mujeres considera que su propia casa y su escuela son espacios inseguros.

Para los centros de trabajo de observa que 3 de cada 10 mujeres perciben inseguridad.

Esto subraya la importancia de crear entornos más seguros para todas las personas, considerando vulnerabilidades específicas de ciertos grupos y en ciertas comunidades.

Las ciudades más y menos inseguras

La encuesta también destaca las áreas urbanas con mayor y menor percepción de inseguridad. Las 10 ciudades que lideran la lista de inseguridad son:

  1. Culiacán Rosales – 90.8%
  2. Ecatepec de Morelos – 90.7%
  3. Uruapan – 89.5%
  4. Tapachula – 88.1%
  5. Ciudad Obregón – 88.0%
  6. Mexicali – 78.2%
  7. Toluca – 78.9%
  8. Chimalhuacán – 84.7%
  9. Naucalpan de Juárez – 83.3%
  10. Cuernavaca – 83.8%

Estas ciudades reflejan un entorno donde la inseguridad se ha vuelto una preocupación constante para sus habitantes, lo que puede afectar la calidad de vida, la movilidad y la confianza en las autoridades. Esto también se ve reflejado en los cambios de hábitos de las personas; como evitar salir de noche, no dejar salir jugar a los menores de edad o incluso dejar de visitar familiares y amigos por la inseguridad.

En contraste, las 10 ciudades con menor percepción de inseguridad son:

  1. San Pedro Garza García – 11.0%
  2. Piedras Negras – 16.9%
  3. Benito Juárez – 22.0%
  4. Saltillo – 23.5%
  5. Puerto Vallarta – 27.3%
  6. La Paz – 36.7%
  7. Los Cabos – 36.0%
  8. Tlalnepantla de Baz – 31.7%
  9. Zapopan – 53.0%
  10. Aguascalientes – 42.0%

Estás cifras exponen más amplias brechas geográficas en el acceso a la seguridad pública; mientras en algunas ciudades casi el total de los habitantes perciben inseguridad en otras sólo 1 de cada 10 se sienten con miedo.

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La creciente percepción de inseguridad en México refleja que la tendencia a la baja registrada en los años previos está revirtiéndose; sumando ya dos trimestres con incrementos en ese sentimiento de la población.   

En este sentido, es fundamental que se implementen estrategias que aborden principalmente las causas profundas que generan la vulnerabilidad y exacerban la incidencia delictiva; así como la atención e impartición de justicia.

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