Aranceles recíprocos: ¿Un mal negocio para Estados Unidos?
El 2 de abril de 2025, se representó en los jardines de la Casa Blanca el “Día de la Liberación”. Donald Trump se presentó ante el mundo anunciando los aranceles (recíprocos y universales) que gravarán a “todos los socios desleales” que, en sus palabras, durante décadas causaron el gigantesco déficit comercial estadounidense y “robaron un sinfín de puestos de trabajo americano” (6,6 millones, según sus cálculos).
Prácticamente a la misma hora, la Oficina Ejecutiva del Presidente difundía la fórmula matemática con la que los aranceles recíprocos habían sido calculados.
Pingüinos y focas
A juzgar por la reacción a la baja de los mercados y la estupefacción de algunos analistas, el listado de países afectados y la cuantía de los aranceles ha ido más allá de lo inicialmente esperado. Entre los damnificados, aparecen pequeños territorios despoblados o islas habitadas por pingüinos y focas. Y las exportaciones de países pobres y subdesarrollados, como Lesoto, Irak, Bangladesh o Madagascar, se encuentran entre las más afectadas por los nuevos aranceles.