Apenas el 10 % del campo mexicano usa prácticas regenerativas; urge acelerar la transición: CIMMYT
En México alrededor del 10% de la tierras cultivadas -aproximadamente un millón de hectáreas- utiliza prácticas de agricultura regenerativa y de no acelerar la transición hacia modelos sostenibles la producción de maíz y trigo podría caer hasta un 50% para el 2080, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y la rentabilidad de los productores.
“No estamos todavía ni cerca de lo que queremos lograr en cuanto a agricultura regenerativa… si seguimos haciendo una agricultura poco sustentable o que no respete el medio ambiente, con las temperaturas que van a aumentar, cultivos que se van enferman más fácil y rendimientos cayendo va a significar una crisis alimentaria”, explicó el especialista en Agronegocios del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Louis García.
Por ello, destacó la urgencia de acelerar la transición de un modelo agrícola convencional hacia uno regenerativo, ya que gracias a estas prácticas también se reducen los costos de producción entre un 20 % y un 30 %, lo que aumenta la rentabilidad para los agricultores.
Además, es posible cultivar el mismo terreno durante más de diez años sin degradarlo, mientras que los rendimientos de trigo y maíz pueden incluso duplicarse por hectárea, a diferencia de los métodos tradicionales, donde muchas veces se pierde toda la cosecha debido a sequías o lluvias atípicas.
“En 2023, uno de los años más secos, las parcelas manejadas con agricultura convencional sufrieron pérdidas totales, es decir, cero toneladas por hectárea. En contraste, las parcelas con manejo regenerativo —que incluyen rotación de cultivos, cero labranza y cobertura con rastrojo— lograron mantener rendimientos de entre 4 y 6 toneladas por hectárea”, aseguró el coordinador nacional de Investigación del Programa Sistema de Análisis Estadístico del CIMMYT.
La agricultura regenerativa también contribuye a mitigar el cambio climático, ya que ayuda a reducir entre un 20 y un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, su adopción enfrenta barreras, como la falta de infraestructura, recursos para investigación y financiamiento adecuado.
Ante este panorama, el director de Agronegocios de Grupo Bimbo, Héctor Ibancovichi, hizo un llamado a la industria y a los gobiernos del mundo a tomar acción inmediata para adoptar prácticas de agricultura regenerativa.
Lo anterior, ya que para el año 2050, la población mundial llegará a 10,000 millones, y para alimentarla será necesario aumentar la producción de alimentos en un 70% respecto a la actual.
“Literalmente, el suelo se está deteriorando y muriendo. El suelo es fundamental, ya que es la base donde se cultivan gran parte de nuestros alimentos… En el mundo existen 5,676 millones de hectáreas cultivables, pero el 35% ya tienen algún grado de degradación, por eso la importancia de la agricultura regenerativa para que podamos seguir teniendo alimentos por muchos años más”, subrayó durante un encuentro con medios.
Héctor Ibancovichi explicó que, desde 2018, Grupo Bimbo, en colaboración con diversos aliados, ha implementado prácticas de agricultura regenerativa con agricultores de maíz, trigo y papa en México.
Con el tiempo, se han sumado países como Estados Unidos, Canadá, Francia, Uruguay y Paraguay y actualmente consolida más de 300,000 hectáreas cultivadas bajo estas técnicas “más sostenibles”.
“Queremos que para finales del 2025 o mediados del 2026 estar en un nivel aproximadamente de 500,000 hectáreas trazadas bajo prácticas de la agricultura regenerativa. Estamos explorando España, Italia, Reino Unido y recientemente empezamos pláticas para ver qué podemos hacer en Asia, particularmente en la India”, adelantó.
La agricultura regenerativa incluye técnicas como la reducción de la labranza, la diversificación de cultivos y la cobertura permanente del suelo. Estas prácticas permiten disminuir el uso de maquinaria, conservar humedad y mejorar la salud del suelo.
El CIMMYT, opera un banco de semillas con más de 28,000 variedades de maíz y 124 de trigo provenientes de más de 80 países. Desde el año pasado, empezó a investigar técnicas regenerativas para hortalizas y vegetales, para diversificar su alcance más allá de granos como maíz, trigo y otros.