Ante escasez de energía, naves industriales avanzan hacia el autoconsumo híbrido

El autoconsumo de energía híbrido —una combinación de generación renovable, como la solar fotovoltaica, con sistemas de almacenamiento en baterías (BESS, por sus siglas en inglés)— ha surgido como una estrategia para alcanzar la autonomía operativa en las naves industriales.
Dada la volatilidad de los precios energéticos, los cuellos de botella en el suministro y la creciente presión regulatoria para la descarbonización, el sector enfrenta riesgos, por lo que necesita soluciones que garanticen su continuidad operativa y control de costos.
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Según un análisis de la firma especializada Greening, las instalaciones industriales que adoptan estos modelos logran un flujo energético estable, lo que se traduce en menos paros imprevistos, mayor productividad y una ventaja competitiva. En el 2024, la Agencia Internacional de Energía (AIE) reportó un crecimiento de 30% en la generación solar a nivel mundial.
“En un entorno donde la estabilidad del sistema eléctrico enfrenta desafíos, las empresas requieren mayor autonomía energética. Las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo son una respuesta efectiva a esta necesidad”, comentó José María Galdón, director general de Greening México.
Esta tendencia se alinea con los planes gubernamentales: el Plan de Fortalecimiento y Expansión del Sistema Eléctrico Nacional (2025-2030) contempla inversiones por más de 22,000 millones de dólares, que incluye proyectos de generación renovable.
Sin embargo, el mismo plan reconoce que la inversión pública no será suficiente. El sector privado también tiene un potencial estimado de incorporación de entre 6,400 y 9,550 MW de capacidad instalada de energía limpia.
Acuerdos de compra, una alternativa
Los sistemas de generación híbrida pueden llevarse a cabo mediante Acuerdos de Compra de Energía (PPA), estos esquemas pueden brindar energía de fuentes renovables certificadas a las empresas con un precio más atractivo al del mercado actual en México.
Bajo este esquema, el proveedor de energía asume la responsabilidad del diseño, la gestión de trámites, la financiación, la instalación y la operación de una planta de generación de energía solar en las instalaciones de la empresa beneficiaria.
A cambio, la empresa se compromete a comprar la energía generada durante un periodo contractual predefinido, que puede extenderse por 12, 15 o incluso más años.
“El nearshoring aceleró la necesidad de soluciones energéticas confiables, ahora tenemos que dar una respuesta. La industria mexicana está ante una disyuntiva crítica: continuar con modelos energéticos tradicionales expuestos a la volatilidad o apostar por la autonomía energética como ventaja competitiva”, concluyó Galdón.
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