Aguas con el SIQAL

Un pelotazo en la cara me enseñó lo que significaba la expresión “aguas” en México; esa advertencia repentina, casi instintiva, que alerta de un riesgo inminente. Muchas empresas podrían aprender su significado de la misma forma, con un golpe inesperado al enterarse de que existe el SIQAL, la nueva herramienta de la Secretaría del Trabajo (STPS) para la recepción y seguimiento de denuncias laborales.

El Sistema Integral de Quejas y Atención Laboral, conocido como SIQAL, fue lanzado por la STPS en septiembre y forma parte de una nueva etapa en la política de inspección de empresas en el país. Se trata de una plataforma digital donde cualquier persona trabajadora puede presentar una queja anónima en línea cuando considere que su empleador incumple con la Ley Federal del Trabajo.

A través de éste se pueden recibir denuncias por falta de contrato o incumplimiento del mismo, impago de salarios, horas extras o aguinaldo, deficiencias en materia de seguridad e higiene, negativa de afiliación al IMSS o incumplimiento con las cuotas de seguridad social, accidentes no reportados y otras irregularidades.

A diferencia de los mecanismos anteriores, esta herramienta permite adjuntar documentos, fotografías o capturas de pantalla que respalden la queja. También asigna un folio de seguimiento, con lo que se garantiza trazabilidad en cada caso. Desde su puesta en marcha, el SIQAL se ha convertido en el principal canal de contacto directo entre trabajadores y la autoridad laboral, y todo indica que su uso seguirá creciendo.

“A nosotros ya nos cayó una inspección con cinco inspectores por SIQAL, no estábamos preparados y tuvimos que responder rápido”, comentó hace unos días la representante legal de una empresa grande en el país.

Anteriormente, la STPS tenía habilitado un correo electrónico para recibir denuncias, pero en muchos casos los mensajes llegaban sin los datos mínimos para iniciar una investigación. La falta de nombres, ubicaciones o evidencias hacía imposible dar seguimiento, por lo que muchas quejas terminaban archivadas. Con el nuevo sistema, la Secretaría garantiza que cada reporte tenga la información básica necesaria.

De hecho, la STPS está obligada a investigar de oficio todas las denuncias que ingresen por esta vía. Cada caso debe generar una verificación o inspección, lo que se espera que provoque un aumento significativo en las visitas a centros de trabajo. De hecho, ya empezó a ocurrir. En términos simples, cada clic puede convertirse en una visita sorpresa de los inspectores federales.

El nuevo esquema también envía un mensaje a las empresas. Ya no basta con cumplir en apariencia. Las políticas internas, los registros de asistencia, las condiciones de seguridad, los contratos, el pago del salario y de las prestaciones deberán resistir una revisión formal. Las inspecciones ahora pueden comenzar por una denuncia en línea y no por una notificación previa.

Por eso, aguas. No se trata de una amenaza, sino de una realidad. El SIQAL marca un cambio profundo en la relación entre trabajadores y empleadores, una nueva etapa donde la tecnología se pone al servicio de la vigilancia del cumplimiento laboral. Las compañías que mantengan prácticas opacas o incumplimientos mínimos se exponen a sanciones y procesos legales.

En esta nueva lógica, la mejor estrategia no es evitar la denuncia, sino prevenirla. Revisar políticas, actualizar expedientes, garantizar contratos y corregir omisiones es más rentable que enfrentar una inspección extraordinaria. El sistema ya está en marcha y la STPS tiene la instrucción de responder a todo lo que reciba.

El “aguas” que muchos aprenderán con el SIQAL no será una advertencia vacía, sino una lección sobre la importancia de hacer las cosas bien desde el inicio. Porque en materia laboral, lo que antes era discrecional hoy puede ser documentado, reportado y tiene que sí o sí ser investigado.

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