Africa Express dio uno de los mejores cierres del Cervantino
“El diablo y la bruja”, “Kuduro”, “Monedita de oro”, “Eres”, “Soledad”, “Teardrop”. Son algunos de los títulos de géneros tan diversos como vasto es el mundo que está noche mancomunaron en la clausura del Festival Internacional Cervantino (FIC), en su edición 53.
Música colectiva, imprevista, en sus concepciones más robustas. Eso sucedió la noche de este domingo sobre el escenario de la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas, con la presentación del proyecto musical más ambicioso del multinstrumentista y productor londinense Damon Albarn en la que fue una de las noches de clausura más propositivas -para parafrasear el calificativo de épicas- de los últimos años para la llamada “Fiesta del espíritu”, encima, broche de cierre de lujo para la presencia de Reino Unido como país Invitado de Honor del FIC.
De brujas y memes
La Bruja de Texcoco, Eme Malafe, Meme del Real, Baba Sisoko, Instituto Mexicano del Sonido, Django Django, Los Pream, Luisa Almaguer, Nick Zinner, M.anifest, Abou Diarra y, por supuesto, Damon Albarn.
Es nada más un puñado de los verdaderos talentos de la música provenientes de donde se te ocurra que dan cuerpo a este proyecto colectivo, insólito, que sólo un músico de vocación integradora.
Un desfile de voces
“¡Damon, te amo! Arriba el Chivas”, gritó una voz femenina, a todo pulmón, con especial dedicatoria para el músico inglés, ataviado con una gorra roja, blanca y azul, con el escudo y el nombre del equipo de futbol Guadalajara.
Albarn, al piano, acompañado la voz de Iyad Moussa Ben Abderahmane “Sadam” -quien es integrante de la banda argelina Imarhan, y sexteto del que llaman “rock del desierto”-, también al comando de la guitarra, con un tema de notas mucho más árabes, vocales alargadas, ritmos pegadizos. “Saddam” se animó con dos rolas que terminaron por ganarse al público: “Dorhan oulhin” y “Achinkad”.
De pronto, boom, cambio de ritmo, algo inesperado, un corrido tumbado de Eme MalaFe, con un nombre conocido, porque así se titula un clásico de la música mexicana: “Monedita de oro”, y sí, la intención del tema de MalaFe es la misma: una especie de pa’ caerle bien a todos, pero en versión corrido tumbado: “Y si les caigo en la verga/ agárrense que ahí les va más/ no nací para caer bien/ yo nací para ganar”.
Un Damon discreto
Damon permitió que brillara la música, las y los músicos, los instrumentos, las voces, el público, la diversidad.
Como la selección anterior, a lo largo de prácticamente tres horas, sucedió una deliciosa seguidilla de todo tipo de ritmos e intenciones, con imágenes intercaladas con imágenes de la bella Guanajuato, formas psicodélicas y formas apológicas del continente africano en la pantalla del escenario.
Entonces, súbitamente, Meme del Real, de Café Tacvba, se subió al escenario para recibir los vítores más enérgicos de la noche, hasta el momento, y para encabezar una versión en salsa, sí, en salsa, de su famosa “Eres”, una mezcla que no sabíamos que necesitábamos en un concierto que nos sabíamos que necesitábamos.
Imagínate una canción que contiene las voces de Meme del Real y Damon Albarn, un éxito.
Y de pronto, de nuevo, un cambio de actitud, cambio de intención, con la entrada de quien estaba por llevarse la noche.
“Nadie espera nada de una travesti. Vamos viendo”, dijo la icónica Luisa Almaguer, destinada a llevarse la noche y el corazón de los presentes, y entonces cantó “Espejo”.
“Luisa, Luisa, Luisa”, gritaba la gente a la cantante que más tarde preparaba su segunda participación de varias y fue acompañada por Camilo Ayala, mejor conocido por su proyecto del Instituto Mexicano del Sonido, quien después interpretó “Pánico”, pero antes dijo: “Quiero un México sin fascismo. Y cuando pienso en eso, mi corazón empieza a bombear y me da un poquito, un poquito de pánico”.
“Aquí está la resistencia trans”
Y es que ésa es la esencia, el poder, la sustancia que hace posible un proyecto como Africa Express, donde la música es verdaderamente universal.
Luego vino “Invocation” y luego “Adiós amigo”, con la voz de Luisa y su voz tan potente, mientras Damon Albarn acompañaba al piano ya con la bandera mexicana atada al cuello.
Y es que solamente el poder colectivo de la música puede hacer esto posible, mezclar las voces de Baba Sissoko y Luisa Almaguer y toda su actitud. Luisa, fuiste una de las estrellas de la noche, sin duda, como cuando cantaste ésa que se llama “Soledad”.
Luego, Meme del Real y la Bruja de Texcoco cantaron juntos “Ojalá que llueva café”, y La Bruja hacía sendas invitaciones: “Todas las travestis canten este canto. Aquí está la resistencia trans”.
Uf, ni qué decir de la banda Los Pream, directamente desde Santa María Tlahuitoltepec, quienes se aventaron algo llamado “Balkan brass”, una especie de cumbia o híbrido de ritmos de tambora y ritmos latinos. Ovación desbordada, una vez más.
Nada más terminando, otra vez Luisa, ahora para cantar y volver a sorprender por su rango vocal con “Teardrop”… sí, una versión más oscura de la famosa canción de Massive Attack, pero una versión verdaderamente fantasmal, oscura, grave y talentosa.
Y así comenzó a sonar el tema “Frenemies” y todo era una celebración, abajo y arriba del escenario, porque todos los músicos que no tenían turno sobre algún instrumento, esperaban a un costado, a escasos metros de los que sí tocaban, y todos bailaban, observaban a los colegas. Había verdadero júbilo por el intercambio musical de esa noche.
Otim Alpha, músico de Uganda, famoso por ser el pionero del género llamado acholitronix, una fusión de la música tradicional acholi, de su país, con ritmos electrónicos, se hizo del público de inmediato, intercambiando vocales con los raperos Bootie, M.anifest y Hak. Rap en dos lenguas.
Hacia el cierre, las nueva más amada del público, Luisa Almaguer, quien para cantar “Hacernos así”,
hubo de dedicarla poderosamente: “a las disidencias que no la pasan bien en este estado y en verdad lo siento mucho. Que vivan las locas, las putas, las callejeras. Así como es su ciudad, también es nuestro país. Nos tienen miedo”.
Luisa, definitivamente te robaste la noche. “Que vivan las locas”, se decía entre el público, se conformaba.
Para el cierre del concierto, volvió Eme MalaFe para cantar “El Niño” y declarar: “A la verga la violencia, que viva la música, ¡chingao!”.
Y fue en esos últimos acordes, y sólo en ellos que Albarn se puso al frente de la banda, como para dirigirla, en una colaboración entre Jupiter & Okwess y Los Pream.
La noche de este domingo se confirmó la calidad de Damon Albarn, no solo como ejecutante sino como un verdadero amante de la música del mundo, la música verdaderamente del mundo.
