Afores e inversiones mixtas
Uno de los compromisos más complejos, por sus alcances e implicaciones, que ha asumido la Administración de la doctora Claudia Sheinbaum desde el primer día de su mandato, ha sido la estabilidad y la responsabilidad del manejo de las finanzas públicas. Para ello, en lo que va de 2025, el gobierno ha realizado un ajuste fiscal (recorte del gasto público) inmenso, tanto en inversión física como financiera. De acuerdo con la SHCP, entre enero y mayo de este año, la inversión física se redujo 29% con respecto a 2024, y la inversión financiera en un 50 por ciento.
Lo anterior refleja un manejo disciplinado de la macroeconomía, pero al mismo tiempo implica un reto mayúsculo para el crecimiento del país. De ahí la importancia de que en los proyectos de infraestructura se impulsen inversiones Mixtas, como se plantea en Plan México.
En ese sentido, es de destacar que también la semana pasada la Secretaría de Marina anunció que en puertos la inversión que se recibirá en 2025 será de casi 300,000 millones de pesos, tanto pública como privada, principalmente en nueve puertos. De este monto, aproximadamente el 80% será inversión del sector privado. Lo anterior demuestra la confianza y el inmenso apetito por obras de infraestructura en nuestro país, cuyos planes de inversión están pensados en el largo plazo.
Lo mismo se anunció por parte de la empresa MotaEngil, que está por concluir un paquete de inversiones de 25,000 millones de pesos, en el proyecto turístico de Costa Canuva, en Nayarit, que consta de un tramo carretero, así como de una nueva terminal aeroportuaria.
Estos ejemplos concretos ya en curso son muy importantes, pero necesitamos que se multipliquen muchas veces, y que se acelere el ritmo en que se están definiendo, aprobando y arrancando estas inversiones. El plan de infraestructura del Plan México es un plan integral, con una visión sofisticada y técnica, de lo que el país requiere para ser más competitivo, eliminando importantes cuellos de botella en energía, puertos, carreteras, trenes de carga y pasajeros, cruces fronterizos, aeropuertos de carga y pasajeros, entre otros. Pero urge pasar de la planeación a la construcción de más de estos proyectos con la participación de inversión pública y privada. Una de las metas más importantes del Plan México es que el nivel total de inversión en el país llegue al 28% del PIB. Lograrlo requiere que se aceleren las inversiones en infraestructura.
Además de un plan de infraestructura bien concebido, nuestro país cuenta con un monto de ahorro para el retiro de gran relevancia. Las Afores han demostrado ser un sistema de administración exitoso, y tras la reforma al sistema en 2020, hoy se administra un monto de recursos superior al 25% del PIB, que para 2030 será mayor al 30% del PIB. De ahí que las Afores requieren de buenos proyectos de inversión, con un horizonte de largo plazo, que les ayude a garantizar los retornos para incrementar el ahorro de las y los trabajadores. En el primer semestre de 2025 han tenido plusvalías históricas en la administración de estos recursos.
Con el aumento de los salarios en el país, más el crecimiento del empleo formal de los últimos cinco años, y el incremento paulatino de la tasa de ahorro, que habrá pasado de 6.5% al 15% del sueldo de los trabajadores, el país cuenta con una fuente de ahorro y financiamiento para infraestructura, sin precedentes. La reforma se hizo fundamentalmente para incrementar las tasas de reemplazo para que los trabajadores tengan una pensión digna. Sin embargo, este incremento también es una enorme oportunidad para que desde el sistema de pensiones se canalicen recursos para proyectos de inversión Mixta, que impulsen el desarrollo, crecimiento, empleo y competitividad del país.