3 errores comunes que hacen la semana laboral improductiva

La organización de la semana laboral no es un asunto menor, es un ejercicio consciente que puede determinar qué tan productivo es el tiempo en los días de trabajo. En un entorno de hiperconectividad y distracciones constantes, esta planificación es cada vez más relevante.
“La clave no está tanto en una técnica específica, sino en desarrollar el mindset correcto sobre qué significa realmente ser productivo. La mayoría de las personas organiza su agenda según dos criterios equivocados: lo que grita más fuerte (urgencia) y lo que es más fácil de hacer (comodidad). Pero la productividad real viene de enfocarse en lo que realmente importa a largo plazo”, dice Marc Bara, profesor del master en Project Management de EAE Business School.
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De acuerdo con el estudio Tendencias globales de capital humano 2025 de Deloitte, alrededor del 41% de la jornada laboral se invierte en tareas que no agregan valor al negocio. Esto es una consecuencia del uso de nuevas tecnologías para aumentar la eficiencia, pero con una cultura que liga la productividad al esfuerzo visible; es decir, las personas destinan tiempo a tareas que parecen urgentes, pero realmente no lo son.
A decir de Marc Bara, hay al menos tres errores comunes que ocasionan una semana laboral improductiva. Estos son:
1. La trampa de la urgencia
Como su nombre lo indica, es un enfoque de trabajo en el que todo parece urgente, pero muchas de esas tareas que se perciben inaplazables, no siempre lo son. Eso sólo ocasiona vivir en un estado de “apagar fuegos”, afirma el especialista.
“Respondemos inmediatamente a ese email que ‘urge’ porque el remitente lo necesita ‘para hoy’, mientras posponemos indefinidamente esa formación estratégica que podría transformar nuestra carrera profesional, pero que no tiene fecha límite específica”, ejemplifica.
2. Estar ocupado, sin ser productivo
Hay una falsa creencia de pensar que estar ocupado es igual a ser productivo, en una era en la que el trabajo multitarea o multitaking es bien visto, es probable que algunas personas sientan que estar atendiendo varias actividades al mismo tiempo los hace tener un mejor desempeño, cuando realmente les impide concentrarse al 100% en una sola cosa.
“Cada cambio tiene lo que los psicólogos llaman ‘costos de cambio de tarea’. Perdemos tiempo y energía mental en reorientarnos, eliminamos la posibilidad de entrar en modo ‘piloto automático’ donde trabajamos de forma más fluida, y acabamos trabajando más lento y con más errores”, advierte el profesor de la EAE Business School.
3. La anti-tarea
El último error más común, según Marc Bara, es la anti-tarea, son actividades aparentemente inofensivas, pero que entorpecen el rendimiento; por ejemplo, tener el correo electrónico abierto, revisar el celular repetidamente o atender cada notificación de manera inmediata.
“Parecen acciones inofensivas, pero fragmentan la concentración y reducen la capacidad de entrar en un flujo de trabajo sostenido”, explica.
La hiperconectividad y el costo de la jornada fragmentada
La hiperconectividad está ocasionando un nuevo fenómeno en el mundo del trabajo: la jornada laboral fragmentada, las personas realizan sus tareas con constantes interrupciones, lo que impide centrarse por completo en una sola tarea.
Esto se evidencia en el último Índice de Tendencias Laborales 2025, de Microsoft Work Lab, la mitad de las personas reconoce que su horario de trabajo cada vez es más caótico y fragmentado.
De acuerdo con la investigación, un empleado es interrumpido cada 2 minutos durante su jornada laboral, ya sea por una reunión, un correo electrónico, una llamada o un mensaje.
La juntitis también es parte de este fenómeno, el 50% de las juntas de trabajo se realizan entre las 9 y 11 de la mañana, y entre 1 y 3 de la tarde, las horas en las que, por naturaleza, las personas reportan los picos de productividad.
En este escenario, Marc Bara recomienda tres acciones prácticas:
- Planificación consciente: dedicar entre 15 y 20 minutos al inicio de la semana para definir tres prioridades innegociables
- Diseño del entorno: preparar el espacio de trabajo y los hábitos para reducir distracciones, en lugar de confiar solo en la fuerza de voluntad
- Lista de anti-tareas: identificar qué rutinas restan más de lo que aportan y establecer límites claros
“El gran objetivo de transformar la mentalidad es saber distinguir entre las actividades que construyen y las que son actividades rutinarias que mantienen el presente, como responder mails rutinarios, asistir a reuniones de seguimiento y enfrascarse en tareas administrativas. Aunque son importantes, hay que evitar que consuman todo el tiempo y la energía”, señala el especialista.