“Te hace falta experiencia”: Prejuicios que enfrentan los jóvenes emprendedores
Se dice que no hay edad para emprender y ser joven es una ventaja para aprovechar esta oportunidad, pero también está el otro extremo, en el que se considera “muy joven” para hacerlo, el cual se presenta como una barrera e incluso se es sujeto a comentarios discriminatorios.
Durante el 2024, en México, solo el 2.9% de las personas comenzaron a emprender antes de los 18 años y menos del 1% está emprendiendo sin cumplir la mayoría de edad; sin embargo, comparado con el 2023, la presencia de jóvenes emprendedores era del 1.8% para quienes fundaron un negocio, de acuerdo con la Asociación de Emprendedores de México.
Se ha incrementado los emprendimientos fundados por menores de 18 años, porque de alguna forma empiezan a querer formar su empresa a edad más temprana y esto tiene que ver con muchas cuestiones como el apoyo de la tecnología y la Inteligencia Artificial”, explica Héctor Tovar, docente en administración y consultor especializado en innovación en la Escuela Bancaria y Comercial (EBC).
Prejuicios sobre la falta de experiencia
El potencial al emprender desde temprana edad se origina mayormente por la influencia de los familiares que tienen negocios, por ejemplo, si los padres manejan uno o han presenciado a familiares que se dedican a ello.
Sin embargo, al hablar de prejuicios por la edad, pensamos en las personas mayores, pero también los jóvenes son víctimas de comentarios en el que se ponen en duda sus capacidades.
Salma Mohammadiyan, activista en economía circular, relata que ha recibido comentarios por su edad, además de percibir que no la toman con seriedad. “Siempre es como te ven, sobre todo porque somos mujeres jóvenes y nos tratan como niñas en los eventos. Te cuestionan en la toma de decisiones, tu trayectoria profesional y te preguntan cosas como: ‘¿quién eres? y ¿por qué estás aquí?’”.
Asimismo, comenta que las primeras veces que recibió estos comentarios la hicieron volverse reservada y se cuestionaba si era merecedora de estar en dichos espacios empresariales, hasta que se dio cuenta que su actitud había cambiado.
“Recuerdo que en un intercambio de Navidad hicieron referencia a una persona muy tímida y callada, pero se referían a mí y yo no soy así. Me sentí con este síndrome del impostor, porque creía que no merecía estar en estos espacios, cuando en realidad por algo estoy aquí”.
De manera que, los emprendimientos que son fundados por personas jóvenes afrontan comentarios en los que se les desestima por su falta de experiencia, explica Héctor Tovar.
En esto coincide Alejandra Valdez, cofundadora de Ecolana, quien también ha recibido comentarios por ser una mujer joven que participa en cámaras y eventos empresariales comenta.
A nosotras nos dijeron: ‘Es que ustedes, niñas, no saben cómo funciona el mercado’. Yo diría que tenemos un exceso de revalidación, porque somos mucho más cuestionadas al respecto”.
Inversionistas son más cautelosos con los emprendedores jóvenes
En el caso de los emprendedores menores de 18 años que ganan concursos o quieren levantar capital, por cuestiones legales siempre tiene que haber un representante, en el que la mayoría de los casos son los padres.
Héctor Tovar menciona que en ocasiones las incubadoras analizan más este tipo de proyectos, no por una cuestión de edad, sino porque hay casos en los que se presentan emprendimientos que no son creados por los jóvenes, sino por los padres y utilizan la imagen de los hijos.
“Hay pocos casos en los que se nota que realmente es el menor el de la idea y en otras ocasiones, se ve que la idea es del papá y al niño lo usan como un medio para que le puedan caer bien al jurado y los acepten en el programa”, comenta el docente de la EBC.
Pero, esto afecta en la credibilidad de los proyectos que realmente son creados por los jóvenes emprendedores.
¿Cómo pueden defenderse los emprendedores?
Cuando un emprendedor inicia siendo joven, es susceptible a comentarios referente a su edad por la falta de experiencia, pero Héctor Tovar recomienda que, si proviene de una familia emprendedora o conocer a alguien que lo haga, puede utilizarlo como argumento.
Es decir, en vez de aceptar que no tiene experiencia, puede decir que vio a su familiar emprender o en caso de que fuera un negocio familiar, comentar si estuvo involucrado dentro de la operación.
“Por ejemplo: ‘mi papá tenía una tienda y desde chico lo acompañaba, le ayudaba o me encargaba de algunas tareas’. Todo este tipo de circunstancias tienen que sacarlo a la luz”.
En cambio, si no tiene familiares que hayan influido en el emprendedor, puede comenzar a prototipar para demostrar que los proyectos tienen argumentos válidos y coherentes. En este sentido, el docente aconseja, apoyarse de la tecnología, recursos gratuitos o de la Inteligencia Artificial.
Esto te ayuda a que cuando estés hablando de tu negocio o de tu proyecto, ya tengas al menos un portafolio del proyecto de tu empresa, con el cual demostrarás en lo que has trabajado”.
En tanto, Salma Mohammadiyan, puntualiza que también la educación es importante al abordar los temas de edad al emprender, ya que las nuevas generaciones deben tener paciencia al explicar a las generaciones más grandes en cómo trabajan e innovan.