Poder y mercados
La aspiración de todo gobernante es la de contar con recursos económicos ilimitados para imponer nuevas condiciones que dirijan al país hacia un rumbo determinado. El falso dilema sobre quién debe de someterse al mandato del otro, si los dueños del dinero a los del poder o viceversa, vuelve a cobrar significado en el marco de la reconstrucción de modelos autoritarios y la descalificación de la democracia representativa como forma legítima de gobierno.
El reciente choque económico producido por la terquedad de un ignorante convencido de su poderío ilimitado como Trump, quien al imponer aranceles sin lógica ni objetivo más allá de una demostración de fuerza, ha desatado las fuerzas irracionales de mercados que simplemente reaccionan ante un daño innecesario que resulta inexplicable para todos incluyendo la base social trumpista.
Las teorías de la malignidad de la globalización y su necesaria sustitución por nacionalismos proteccionistas están llevando al planeta a una recesión sin precedente por motivos totalmente ajenos a una crisis financiera o sanitaria. Es algo así como si un millonario decidiese ver qué pasa si quema todo su dinero y deja de producir para demostrar el daño que es capaz de generar a la sociedad, independientemente de tener que ver desaparecer su fortuna para afirmar su argumento.
Esa supremacía económica con la que los Estados Unidos hoy impone condiciones a diestra y siniestra podría desvanecerse paulatinamente en la medida en la que el ostracismo político del trumpismo lo vaya alejando de la toma de decisiones a nivel internacional y obligue a otros centros de poder como Europa o Asia-Pacífico a asumir que la Unión Americana no es más el aliado confiable o el socio indispensable para su defensa y sostenibilidad económica.
Para México su gran apuesta de equilibrios entre capital y política fue desapareciendo desde el gobierno de López Obrador. Lo que supusimos como modelo democrático con libertad económica, Estado de Derecho y competencia sin privilegios, fue sustituido por el capitalismo de cuates que concentra riqueza en pocas manos y cancela el crecimiento real como motor del desarrollo.
El último motor prendido que tenemos es la integración económica exportadora con Estados Unidos y Canadá, y Trump se está encargando de apagarlo a cualquier costo.
En estas condiciones el enorme poder político concentrado en Morena y Claudia tiene como contrapartida unas muy debilitadas finanzas de gobierno, y una enorme dependencia con respecto a sus socios con los que comparte los beneficios privados de los recursos públicos. Frente al empobrecimiento social, el resurgimiento de los privilegios monopólicos. Ese es el México de hoy.